Un nudo atravesado en la garganta
0Mi mirada se quedó en la fotografía donde se resalta a un hombre mayor de 60 años y una niña de 12 años, embarazada y llorando… el señor violó a la abuela, a la madre y ahora a la niña.
Por Ada Valenzuela
feminista, comunicadora.
Con un nudo en la garganta, un nudo de indignación, de impotencia, de coraje y sin poder contener las lágrimas, así salí del evento organizado por el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva -OSAR-, con candidatas y candidatos al Congreso de la República.
Todas y todos sabemos que la situación de la salud en Guatemala es precaria, que es un problema no de ahora, sino que ha venido profundizándose junto con las políticas de privatización, la falta de presupuesto real para la salud, la corrupción y que es un tema de urgencia nacional. Hemos hablado de que es fundamental combatir la corrupción, asignar mayor presupuesto, (proponemos al menos un 6% el PIB), fiscalizar, desprivatizar los servicios de salud, avanzar hacia la universalización del seguro social, entre otras cosas.
Un tema complejo en el basto mundo de la salud guatemalteca es el de los derechos sexuales y reproductivos, sobre todo en el tema de prevención y educación sexual. El OSAR Joven entregó unas peticiones mínimas a las y los candidatos, entre las que incluyen la demanda de una educación laica y científica para la adolescencia y juventud.
Pero, ustedes se preguntarán ¿qué causó el nudo en mi garganta?
Los datos son terribles, una situación que conocemos porque nos toca vivirlo a diario. Para cerrar la actividad el OSAR invitó a visitar la exposición fotográfica “Vidas Robadas, niñas teniendo niños” de la Fotoperiodista Linda Forsell, de la cual había escuchado pero no había podido visitar.
Tengo años trabajando en la defensa de los derechos de las mujeres y juventud, he visto muchas cosas terribles, pero hay situaciones que aún me causa el mismo dolor y me hace llorar, como cuando era niña y veía un niño en la calle, abandonado o trabajando.
No se puede callar y no se puede ser indiferente ante tanto dolor, ante tanta injusticia, cada fotografía puede desgarrarte el corazón, hacerte llorar, darte ganas de salir corriendo, indignarte y enojarte tanto que quieres hacer algo ya. Aunque toda la exposición es impactante, mi mirada se quedó en la fotografía donde se resalta a un hombre mayor de 60 años y una niña de 12 años, embarazada y llorando, mientras están orando por ellos; según nos cuenta la persona que guía la visita, el señor violó a la abuela, a la madre y ahora a la niña. Una se pregunta cómo un tipo como este puede andar impune… respiré y quería salir corriendo para hacer algo.
Tenemos tanto que cambiar como país, y sí, las leyes son importantes, pero también la educación y el cambio en la formación de las nuevas generaciones, denunciar, juzgar, condenar y no tolerar como sociedad que esto siga pasando.
Antes de retirarme firme el compromiso de luchar por cambiar esta situación, sé que eso no es suficiente, que hay que accionar. Camine hasta el bus y las lágrimas salían de mis ojos sin parar (hasta escribir estas líneas me ha costado).
Ojalá que puedan visitar la exposición y que como pueblo entendamos la importancia que tiene hablar de derechos sexuales y reproductivos y que la violencia sexual debe terminar y no quedar impune, por mis hijas por sus hijas e hijos por las nuevas generaciones que merecen una Guatemala distinta para vivir.
Nota: La exposición fotográfica «Vidas robadas. Niñas teniendo niños» estará expuesta hasta el 23 de agosto en el Centro Cultural de España, Cine Lux, sexta avenida y once calle de la zona 1, Centro Histórico.