Dejé mi juventud y vida en la finca
2Texto y foto: V. Tejaxún
A sus 72 años de edad, Jesús Calderón originario de la aldea Las Brisas de Coatepeque, Quetzaltenango, tiene claro que no dejará de luchar porque la Finca San Gregorio Piedra Parada, pagué los 31 años de cuota del IGSS al que tiene derecho, después de habérsela descontado quincenalmente durante su relación laboral con los dueños de la finca.
“El trabajo da de comer” dice, por eso a los 16 años ingresó como ganadero, puesto que le generó una mejor condición, 75 centavos por encima de los 40 que recibían los mozos colonos por día de trabajo; la cuota para el seguro social era de 2 centavos, según recuerda. “Hice todo tipo de trabajo: leña, picar y acarrear piedra, procesar el Telimon de donde se producía aceite de citronela, luego el cultivo y extracción de hule, en total éramos 800 trabajadores para hacer producir 24 caballerías de tierra”.
De los 800 empleados 270 se sumaron “para mover mar y tierra para conseguir el pago” como consigna de reivindicación. De ellos 42 ya murieron por enfermedad más el último, Eugenio López, asesinado el viernes 23 de junio mientras se disponían a realizar una concentración de protesta en el camino real, punto de acceso a la finca.
Jesús Calderón dice que varios de ellos se percataron de lo grave del asunto cuando iniciaron con los trámites de jubilación, pero desde el IGSS se les dijo que nunca se canceló las cuotas para los trabajadores. Desde el 2008 han acudido a todas las instancias posibles, sin fruto alguno, solo han logrado darse cuenta que la finca, durante la administración de la familia “Campollo” adeuda más de Q10 millones; ahora con los nuevos dueños, “Los Quintanal”, ya suman Q3 millones en el seguro social.
En el asesinato de su compañero Eugenio López hay luces de alerta como la no presencia de la Procuraduría de los Derechos Humanos hasta hoy fecha y la mala información divulgada desde los medios de comunicación local, lo que le crea dudas a don Jesús y hace pensar que hasta el Ministerio Público junto a las demás instituciones de gobierno están cooptados por los finqueros porque nada se mueve a su favor.
“Estaba al lado de mi vecino Eugenio, cuando fue atacado por la espalda por un sujeto vestido de negro y con gorro pasamontaña, después de disparar corrió hacia la finca, y según testigos presenciales, subió en un picop de la finca”, los medios no llegaron al lugar aclaró, pero la información se dio a conocer de manera inmediata y confusa: “un picop pasó en el lugar disparando a diestra y siniestra” o “por una bala perdida es como calló el compañero, toda es mentira” lamenta.
Desde el 23 de junio “Los Ancianos” como se autodefine al grupo de ex trabajadores que luchan por el pago de lo adeudado, decidieron acampar en el lugar del asesinato de su compañero. Las amenazas sobre ellos son constantes “por las noches escuchamos disparos de escopeta y de 9mm, sí con eso los finqueros o sicarios a sueldo. Piensan que habrá paz, están equivocados, nosotros llegaremos a lo último que nos queda para recobrar lo que nos han robado” finalizó Calderón.
Según El Comité de Unidad Campesina, en conferencia de prensa, hace tres años iniciaron a apoyar al grupo campesino en su reivindicación social, y la criminalización, difamación y persecución penal en contra de los dirigentes Dalila Mérida, Elmer Pérez, Francisco Vásquez, Pedro Morales, Leonel Carrascosa y Ricardo Castillo va en aumento.
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