Rukemonik ri nuch’akul
0Pa’ Atz’an, Norma Chamalé/ CMI Guatemala
La puesta en escena Rukemonik ri nuch’akul (el tejido de mi cuerpo) recoge la historia de vida de mujeres Maya’ Kaqchikel, principalmente de San Juan Comalapa, y logra tejerlas con palabras, símbolos y sentimientos Kaqchikela’. Hermosa pieza que mueve los sentimientos de quienes la observan y que permite compartir los procesos de liberación que viven las mujeres del colectivo Ix Saq’il Ik’ y otras mujeres que luchamos día a día por la liberación de nuestros territorios y de nuestro pueblo.
Miriam, Paula, Delia, Lisbeth, Marta, Roselia y Berta, mujeres Maya’, junto a Paula Acevedo, mujeres de edades diversas que vivieron un proceso de creación colectiva en donde conocieron sus propias historias y las de sus abuelas, aprendieron a conocer sus cuerpos y a sentirse cada día más libres, porque como nos comentan, esa liberación es un proceso diario. Este reconocimiento lo afirman en la parte final de la obra en donde expresan:
Cuestiono el pecado y ya no me culpo
Soy una mujer pensante
Digo lo que pienso y grito lo que siento
Me gusta pintar el cuerpo desnudo
Cuestionar el pecado en medio de familias tradicional y encarnadamente cristianas; mujer pensante en medio de una sociedad machista, estructuralmente patriarcal (el hombre tiene el poder); decir, gritar, transgredir, son elementos negados a la mayoría de las mujeres de los diferentes pueblos, y hacerlo es el resultado de un proceso de reconocimiento, de asumir, de deconstrucción necesario y que estas mujeres se han atrevido a vivir partiendo sin duda de los procesos de formación y lucha política de los que son parte.
La pieza presenta cuidadosamente simbolismos propios de la cosmovisión Maya’ para abordar la vida, el amor, la violencia, la guerra, la sexualidad, bajo la mirada y el cuidado de Nan Ik’, que está moliendo el maíz, marcando el ritmo de la vida e iluminando la alegría y la tristeza, la vida, la muerte, el amor. Fue hermoso ver la gestación y el parto representado con una tinaja, misma que luego se utiliza para representar la violación sexual que muchas mujeres sufrieron durante la guerra interna. Tinaja Kaqchikel, palabras kaqchikel que solo se transforman en relación con el mundo mestizo, cuando irrumpe la vida el ejército, la escuela, la iglesia.
Los escenarios, el ritmo entre la risa y los sentimientos fuertes provocaron en mí esa conexión profunda con mi ser, recordando mis propias luchas, mis risas, mis llantos, mis delirios, mis resistencias, de mi madre, hermanas, abuelas, al son de la música bellamente interpretadas por tres hermosos niños Kaqchikel, entre ellos Bryan y Miguel Mux, habilidades y sonidos heredados, presentes, y así pasó con otrxs dentro de la sala. Al ver los ojos y los rostros de quienes presenciaron las escenas pude darme cuenta que logra su objetivo, que mueve, que hace vibrar los corazones; me imagino y espero compartir en otro momento lo que pasará con otras mujeres Maya’ que verán este trabajo, porque ahora se inicia un caminar a las comunidades de la mano del Movimiento de Artistas Maya’ Ri Ak’u’x.
Hermoso, mi corazón se contenta con la posibilidad de tener esta herramienta pedagógica que aporta a otros seres, a otras mujeres en estos caminos difíciles, necesarios y altamente gratificantes de liberación.
Matiox chawe Nan Ik’, matiox chawe Chacach, Nicho, Cumez, Sirin, Tuyuc, Chex, Chirix,
Matiox chawe ruk’u’x ulew.
Escuche la entrevista completa a través de Radio K’astajib’al
Más información sobre este proyecto paula.espuma@gmail.com