El PP: Lo que le ocurrió a Baldetti le puede pasar a cualquier persona
2El Partido Patriota (PP) está más unido y fuerte que nunca. Eso repetían las porras, decían los carteles y remarcaban una y otra vez los que se quedaron como jefes del partido fundado por Otto Pérez, Roxana Baldetti y Alejandro Sinibaldi. Como si nada hubiera pasado en los últimos 10 días. Eso debía quedar claro en su última asamblea ordinaria a cinco días del arranque de la campaña electoral.
Por Rodrigo Véliz
“¡El PP está de pie, unido y listo para la siguiente batalla!”, dijo con emoción Mauricio López Bonilla, actual Ministro de Gobernación y escogido como Secretario Adjunto I del nuevo Comité Ejecutivo Nacional después de la renuncia del precandidato Alejandro Sinibaldi. “Porque los patriotas de corazón vamos a soportar lo que venga firmes. A los que nos creen de rodillas sólo podemos darles un mensaje: ¡De rodillas, sólo ante Dios!”, culminó el ministro tras uno de los discursos más largos de la mañana. Nueve minutos y cuarenta segundos.La contundencia del mensaje que buscó dar el Patriota fue contrastado por la realidad. Al cambiar la mirada del escenario principal al público, las cosas no eran las ideales. Luego de una hora y media de una asamblea previamente consensuada por la dirigencia del partido, el discurso de López Bonilla era escuchado ya solamente por algunas personas.
Una cuarta parte de la sala estaba vacía, mientras el resto de la gente estaba ya de pie buscando la salida y el encuentro con los buses que los llevaría de regreso a sus casas. Los pocos que quedaban, aburridos y acalorados, eran animados por activistas del Patriota, que con vuvuzelas y pitos los incitaban a saltar y corear las consignas. El partido está devastado.
La estrategia de la respuesta
Lo más probable es que el discurso de López Bonilla no fuera dirigido a ese público, sino a los críticos, que han ido en exponencial aumento desde el escándalo del #casoSAT. La CICIG y el MP demostró ante la opinión pública y ahora busca demostrar en juicio que uno de los principales funcionarios del gobierno, el ex secretario privado de la Vicepresidencia, Juan Carlos Monzón, era parte de una banda de defraudación tributaria vinculada a una mafia de militares de inteligencia.
Desde entonces, lo que parecía una tendencia que iba a materializarse en el año, se resumió en una semana. Ya casi nadie en el país quiere vincularse al Patriota. Se quedaron en cuestión de días sin presidenciable, sin sus principales financistas, el gran empresariado, que le dio la espalda y se unió a los señalamientos. Y tal vez lo más importante, el gobierno del PP activó un descontento social que por años estuvo latente, y que el pasado sábado 25 de abril tomó la plaza central.
Pero según los discursos del domingo, eso sucede en otro país. El ex militar y diputado por Quiché, Estuardo Galdámez, llamó a la investigación de la CICIG algo “tonto”; y la diputada por Quetzaltenango, Elvia Rivera de Paniagua, dijo que lo ocurrido a Baldetti “le pudo pasar a cualquier persona”.
El partido está a salvo, se repiten todos.
Finalmente, el PP le pertenece (por completo) a Baldetti
Todo el acto parecía un simulacro y los discursos aprendidos casi de memoria. Lo que predominaron fueron las listas únicas para diputados distritales, del Listado Nacional, y el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN). El único objetivo era cumplir con el procedimiento. Cada punto de agenda duraba lo mínimo, y lo importante era que el grupo de representantes nacionales levantaran un pequeño cartel con el símbolo del partido sin pensarlo y al unísono.
El resultado fue el esperado. Con Sinibaldi y su gente fuera, el partido pertenecía exclusivamente a la vicepresidente Baldetti, tal y como ella hubiera querido desde 2009, cuando se convirtió en secretaria general. No hay quién dispute ese poder. Ese poder sobre un partido al que pocos quieren relacionarse.
Algo diferente a lo que sucedió hace dos semanas –antes de la crisis– en la asamblea para escoger a diputados del departamento de Guatemala. En esa ocasión, según confirmaron varios miembros del Comité Ejecutivo Nacional del PP, la lista consensuada por Baldetti fue cuestionada por el alcalde de Amatitlán, Mainor Orellana, que presentó sin anunciarlo una segunda planilla. En esa planilla, varios miembros cercanos a Baldetti y Otto Pérez Molina, como su hijo Otto Pérez Leal, quedaban fuera. Y la votación confirmó a esa segunda planilla, provocando el enojo de los que confiaban en que “el partido más disciplinado”, como se vendían desde el Congreso, haría lo que decían los de arriba.
“Lo que pasó ahí es que Alejandro [Sinibaldi] tenía compromisos con un sector de alcaldes del departamento de Guatemala. Peleó por eso, y ganó 10 contra 4”, recuerda Armando Paniagua, cercano a Baldetti y quien salió del gobierno en 2012 por el desfalco en el Fondo para la Paz (Fonapaz).
Esas diferencias ya quedaron atrás. Según el diputado y Secretario Departamental de Guatemala, Gudy Rivera, se espera que en una asamblea extraordinaria se resuelva el problema de los dos listados, ahora que Sinibaldi está afuera. ¿Se esperan tensiones? “Dudo mucho que vaya a pasar lo mismo esta vez”, respondió con confianza.
Los suplentes entran a la cancha
El nuevo Comité Ejecutivo Nacional es un perfecto ejemplo de la ausencia de tensiones. Su dirigencia está compuesta por Michelle Martínez, cercana a Baldetti y Ministra de Ambiente (estelar en el escándalo por el té de limón para limpiar el lago de Amatitlán); Aleksander Castillo, diputado y escudero de Baldetti; Otto Pérez Leal, hijo del Presidente; Mauricio López Bonilla, ministro y fiel a Pérez Molina; y el secretariado general sigue en las manos del poco carismático Valentín Gramajo, diputado y fundador del partido. Aleksander Castillo y Pérez Leal vienen a suplantar a Pedro Muadi y Alejandro Sinibaldi. Pedro Muadi, expresidente de la Cámara de Industria, fue primer presidente del Congerso en el segundo año del gobierno del PP.
En realidad, el Comité Ejecutivo está lleno de los suplentes. Si se observa la foto de la Asamblea extraordinaria de septiembre de 2014 (abajo de este párrafo), en el parque central, cuando el TSE suspendió a Baldetti y al partido, en la primera fila estaban Sinibaldi, Muadi, Baldetti y López Bonilla. Hoy sólo quedaba al frente López Bonilla, junto a los que aparecen en segunda fila: Otto Pérez Leal, Aleksander Castillo, Valentín Gramajo. El único que no aparece, que también estaba en la segunda fila de septiembre (penúltimo a la derecha), es el ahora prófugo Juan Carlos Monzón.
Entre los candidatos a diputados por Listado Nacional fue donde más se notó que sólo siguen en el PP los cercanos a Baldetti. Añorarían lograr cinco de los nueve que consiguieron hace cuatro años. Estos son los que encabezan: 1) Valentín Gramajo, 2) Germán Velásquez (Secretario Ejecutivo de la Presidencia); 3) Oliverio García Rodas (veterano diputado que viene desde el PSN, de Ricardo Castillo Sinibaldi); 4) Mayra Carrillo (exdirectora del Consejo Nacional de la Juventud, Conjuve); 5) Alexander Castillo; y 6) el subjefe de bancada Luis Fernandez Chenal, hijo del finado José Fernández Ligorría, un oficial de inteligencia señalado del asesinato de 10 miembros de la Asociación de Estudiantes Universitarios en 1989, y cercano a Pérez Molina y López Bonilla, que dio un emotivo discurso en su entierro.
El partido, nadie le dio importancia, sigue sin candidato presidencial para sustituir a Sinibaldi. No pudieron convencer a Antonio Coro, de Santa Catarina Pinula, el “mejor alcalde del país” según el ránkin del gobierno, quien fue a desafiliarse esta semana al Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los grandes ausentes: los empresarios
– ¿Cree que varias cámaras del Cacif retiraron su apoyo financiero al PP?, consulta este periodista por un chat cifrado.
– No sé si se pueda hablar de cámaras, pero a lo individual estoy seguro que sí, responde un directivo de una de las cámaras de Cacif, la patronal. Y añade: Pero no creo que les pese, a los partidos que gobiernan se les hace más fácil conseguir financiamiento.
El comentario está en consonancia con la postura crítica que tiene Cacif desde que se supo del #casoSAT. Algunos analistas consultados no creen que el Cacif pueda salir con las manos limpias, como buscan hacerlo en la opinión pública. “Lo que pasa es que tienen miedo que se les persiga penalmente”, dice uno de ellos recordando que falta por conocer la lista de importadores y empresas que pagó los servicios de la banda La Línea, la encabezada por el secretario de Baldetti.
Otro miembro del Cacif afirma que para los grandes empresarios el caso fue tomado como una “alta traición”, ya que por más de 13 años buena parte del gran empresariado estuvo al lado del Partido Patriota financieramente.
Cuando en 2007 el PP mostraba su fuerza pasando a segunda vuelta, detrás de él estaban figuras insignes del gran empresariado: Como financista, Mario Leal Pivaral, azucarero; y, como vicepresidenciable, Ricardo Castillo Sinibaldi, uno de los líderes de la Pepsi, presidente del IRTRA y tío de Alejandro Sinibaldi.
Ahora es distinto: Los Leal están con la UNE; Castillo y buena parte de los grandes propietarios siguió el proyecto de Alejandro Sinibaldi en el MR; otros, como algunos azucareros, confían en Roberto González Díaz-Durán en CREO-unionista; mientras la parte más conservadora está en pláticas con Zury Ríos, la hija del ex dictador Efraín Ríos Montt, que va con Viva.
Desligarse del gobierno del PP fue el primer acto que realizó el nuevo presidente del CACIF, Jorge Briz, también presidente de la Cámara de Comercio, que aglutina a los grandes importadores.
En todo caso, para el Partido Patriota parece no ser un problema la lejanía del Cacif. Según Aleksander Castillo, diputado y subsecretario del PP, en las elecciones no van a extrañar el financiamiento de los grandes empresarios.
Dijo que eran un partido fuerte y que no habría problemas. Eso repitieron todos los entrevistados en la asamblea.
El Partido Patriota puede estar débil y reducido. Lo que no está es disperso: está granítico y a la defensiva.
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Publicado también en Nómada.
[…] En el intermedio Pérez Molina se encontraba en plena contingencia. Lidiaba con prorrogar la CICIG, desvincularse de la mafia que opera en las aduanas y evitar el desbaratamiento del Partido Patriota (PP) antes de su asamblea general. […]
[…] En el intermedio Pérez Molina se encontraba en plena contingencia. Lidiaba con prorrogar la CICIG, desvincularse de la mafia que opera en las aduanas y evitar el desbaratamiento del Partido Patriota (PP) antes de su asamblea general. […]