“Yo soy la voz de los que ya no están”: Testigo sobreviviente de la masacre de las Dos Erres testifica contra ex Kaibil que lo habría apropiado ilegalmente
0Ramiro Osorio Cristales, testigo sobreviviente de la masacre de Las Dos Erres —tenia cinco años en el momento que ocurrió la masacre el 6 de diciembre de 1982— testificó en el juicio contra el ex kaibil que es acusado de ilegalmente apropriarlo y tratos crueles y degradantes, y quien también es acusado por su papel en la masacre de 200 personas en el parcelamiento, que hoy ya no existe.
Por Jo-Marie Burt y Paulo Estrada
Ramiro Osorio Cristales, testigo sobreviviente de la masacre de Las Dos Erres, testificó hoy en el juicio contra el ex Kaibil Santos López Alonzo, acusado de crímenes contra la humanidad por su papel en la masacre en la cual más de 200 personas fueron asesinadas, asimismo por los tratos crueles y degradantes en contra de Osorio Cristales, asi como su apropiación ilegal.
La masacre tuvo lugar el 6 de diciembre de 1982, cuando Efraín Ríos Montt era jefe de estado. Osorio Cristales tenia cinco años al momento de los hechos.
Osorio Cristales contó al tribunal que un soldado agarró a su madre por el pelo y la arrastró, separándolo de él. Otro soldado, quien identificó como López Alonzo, lo separo de ella y lo volvio a meter a la iglesia. Su madre, así como su padre y sus hermanos, fueron asesinados en la masacre. Posteriormente el acusado lo llevó a su casa y lo registró como su hijo, Sufrió maltrato durante los años que vivió en la casa del acusado. Muchos años después, dijo, supo de que su abuela materna, unos tíos y primos aún vivían, recuperando su verdadera identidad.
Osorio Cristales es uno de los dos niños que sobrevivieron a la masacre de Las Dos Erres. El otro, Oscar Ramírez Castañeda, tenia tres años al momento de la masacre, y recuperó su verdadera identidad hace unos años.
El tribunal permitió que una psicóloga acompañara a Osorio Cristales mientras daba su testimonio. Osorio Cristales no miró al acusado, y sólo se refirió a él como “ese señor”.
“Yo no sabía qué estaba pasando”
Osorio Cristales comenzó su testimonio compartiendo sus recuerdos de su vida en la pequeña aldea de Las Dos Erres. Procedió a hablar de la masacre.
“Recuerdo que una noche llegaron unos hombres y llegaron a tocar la puerta, la empezaron a somatar y nos levantaron, gritaban que abrieran la puerta o la iban a tirar a patadas, cuando mi papá abrió la puerta lo golpearon, amarraron a mi papá de las manos, mis hermanos y mi mama, nos llevaron al centro de la aldea, nos dividieron, mi papa y hermano los llevaron a la escuela y a mi y mis hermanos y mi mama nos llevaron a la iglesia, ahí ya había gente, todos preguntaban porque están haciendo eso, nadie sabia, había mujeres llorando, ya las habían golpeado, en ese entonces yo no sabía que estaba pasando”.
Osorio Cristales dijo que escuchó a las personas en la escuela gritando. Recordó que una mujer dijo que podía escuchar los gritos de su esposo y su hijo.
Uno de los soldados les dijo,“si ustedes saben orar, oren, por que de esta nadie los va a salvar”. Recordó que los soldados se llevaron a una niña junto a su madre, quien empezó a llorar. Posteriormente escuchó a la niña gritando que le hacían daño y que la golpeaban. Dijo que después entendió que estaban violando a la niña, y que todas las mujeres y niñas que estaban ahí fueron violadas.
El testigo siguió relatando al tribunal: “…hasta que le llegó el turno a mi mamá, recuerdo que me prendí a mi mamá de su pierna, la agarraron del pelo, un hombre que me metió de nuevo a la iglesia, es ese señor que esta ahí”, dijo, señalando al acusado. Continuo con su declaración, afirmando que después que se llevaron a su mamá, se quedó llorando hasta quedarse dormido. Cuando se despertó, habían dos niños mas, ya los tres se juntaron en una esquina y se pusieron a llorar. Posteriormente entraron los soldados y se los llevaron a la montaña.
Un helicóptero, que posteriormente identificó como militar, llegó para llevarlo a él y los demás niños a la Escuela de Kaibiles, donde los vistieron de soldados y les cortaron el pelo. “Me fui con él (acusado) pero yo pensando que al irme con él, iba a ser una buena decisión pero creo que cometí una decisión mala, al llevarme a su casa no pensé que él iba a ser un verdugo para mí, él intento apagar esa luz que Dios dejó para testificar ahora para hablar de los que ya no están, por la voz de los que ahora ya no existen, y yo ahora confieso que este señor tuvo la oportunidad de matarme pero gracias a Dios no lo hizo”.
“Ellos no son mis padres. Mis padres murieron en Las Dos Erres”
Osorio Cristales testificó que ya estando en la Escuela Kaibil, los soldados preguntaban por sus familias, pues tenían de propósito averiguar sobre las armas. Posteriormente, el acusado se lo llevó en camioneta a la casa de sus suegros en Retalhuleu. Mencionó que la suegra del acusado le comentó, que Santos Alonzo le había dicho que “en la escuela de kaibiles habían unos niños y que los estaban regalando, ni que fuéramos animales, la señora le dijo que le trajera uno, que ella lo iba a cuidar, entonces él me llevó, yo estaba en la casa del señor (acusado) cuando el ya no dejó que me registrara o adoptara su suegra”. Al contrario, el acusado y su esposa lo registraron, ilegalmente, como su hijo.
El representante de Osorio Cristales, Edgar Pérez, del Bufete Jurídico de Derechos Humanos, solicitó al tribunal permiso para que el testigo tuviera a la vista las dos certificaciones de nacimiento presentadas por el Ministerio Público como evidencia. Osorio Cristales dio lectura a la primera, que afirma que su nombre real es Ramiro Antonio Osorio Cristales, fecha de nacimiento 8 de julio de 1977 en La Libertad, Petén; su madre se llama Petrona Cristales y su padre Víctor Osorio.
Posteriormente dio lectura a la segunda certificación, de fecha del 15 de agosto de 1983, en la cual aparece su nombre como Ramiro Fernando López García y cuenta con fecha de nacimiento del 30 de junio 1977, coincidentemente ese día es la celebración del “Día del Ejército”. Firman como sus supuestos padres el acusado y su esposa, Lidia García Pérez.
“Ellos no son mis padres”, dijo Osorio Cristales. “Mis padres los mataron en Las Dos Erres”.
Osorio Cristales luego se sometió a pruebas de ADN que ayudó a confirmar su verdadera identidad. Llegó a saber de su abuela materna, tíos y primos aún estaban vivos.
Por muchos años, Osorio Cristales contó al tribunal que no utilizó su nombre real, ya que lo desconocía. Supo de su verdadera identidad en 1998, con la ayuda de personas del Ministerio Público y la Asociación Familiares de los Detenidos-Desaparecidos de Guatemala (FAMDEGUA) que estaban investigando la masacre de Las Dos Erres. Ellos fueron a buscar a Osorio Cristales a la casa del acusado, pero el era miembro del ejército y se encontraba en la base aérea del sur, por lo que no lo encontraron.
Osorio Cristales comenzó a preocuparse cuando su superior le denegó el permiso para salir por las vacaciones navideñas, pensando que tal vez se habían dado cuenta que era sobreviviente de la masacre en Las Dos Erres. Luego de varios días, el 3 de enero de 1999, logró escaparse de la base aérea. Fue al Ministerio Público, quienes prometieron ayudarlo. “Sentí temor que el Ejército me desapareciera”, dijo “por eso busqué la manera de salir del país”.
Luego de eso, con la ayuda del Ministerio Público y FAMDEGUA, Osorio Cristales llegó como migrante a Canadá.
Ya fuera de Guatemala, Osorio Cristales dijo que le costó mucho acostumbrarse a la vida en Canadá, por al clima y y por no conocer el idioma, ni las costumbres. Dijo que en varias ocasiones sentía que su vida ya no tenia significado. “Quería suicidarme”, dijo.
Osorio Cristales relató sobre el trato cruel y degradante que sufrió a manos del acusado y su familia. Le obligaron a trabajar, y luchó para terminar el colegio. Contó al tribunal que el acusado lo golpeó en varias ocasiones, ocasionándole daño físico y emocional. “Nunca pegó o maltrató a sus propios hijos como me hizo a mi”.
En una ocasión dijo, llegó a comer a la casa y el acusado estaba alcoholizado. Empezó a golpearlo y darle culatazos con un fusil; las agresiones subieron de nivel al punto de amenazarlo con un machete en el cuello. Osorio Cristales mostró al tribunal las heridas en sus dedos producto de tratar de agarrar el machete para que no lo degollara. Luego dijo, que el acusado le disparó dos veces. Al intentar huir, cayó al suelo, y los vecinos salieron a auxiliarlo. Un vecino exclamó, “hasta que por fin lo mato”, evidenciando que era de común conocimiento a los tratos que era sometido el testigo. En esa ocasión la esposa del acusado lo convenció que entrara de nuevo a la casa, donde fue curado de una manera muy dolorosa, ya que el acusado calentó gas de lampara y lo untó en las heridas.
Pérez preguntó a Osorio Cristales sobre la correspondencia que mantuvo con López Alonzo luego de que se fuera a Canadá. Afirmó haber escrito algunas cartas. Afirmó que en un momento sentía aprecio por la familia del acusado. Sin embargo, dijo, «poco a poco fue dándose cuenta que negaba sus raíces y que ellos no se merecía ese aprecio que el les tenia”.
Osorio Cristales concluyó su testimonio diciendo al tribunal, “…lo que yo pido señores jueces, es que se haga justicia, ya es tiempo, yo se que Dios dejo la ley terrenal y la ley divina, y yo le pido que se haga una justicia, que se haga justicia por todos los que no están, si yo estoy vivo soy la voz de los que ya no están, de los que ya no existen, de los que les apagaron la luz, pero dejaron una luz y esa luz soy yo y es la que pide que pongan en las tinieblas a todos los que cometieron ese error”.
El abogado de la defensa realizó sólo unas cuantas preguntas al testigo, centradas en los detalles de la masacre y para determinar si Osorio Cristales fue testigo de que López Alonzo mató a alguien en Las Dos Erres. Preguntó cuándo vio por primera vez a Osorio López Alonzo, a lo que respondió, “cuando se llevaron a mi madre”. Preguntó cuándo lo volvió a ver; respondió unos días después, cuando él y los otros niños caminaban con algunos de los soldados en las montañas. Preguntó si escribió las cartas a López Alonzo que se habían discutido anteriormente, a las que respondió afirmativamente, aceptando que escribió la última carta en 2003.
López Alonzo fue deportado a Guatemala en agosto de 2016 desde Estados Unidos, donde vivió desde 2001. Poco después de su arresto, López Alonzo dijo a la corte que él había salvado a Osorio Cristales y negó haber participado en la masacre de Las Dos Erres.
Los tribunales guatemaltecos han emitido sentencias condenatorias contra cinco oficiales militares por la masacre de Las Dos Erres, cuatro en 2011 y uno en 2012, condenándolos a más de 6.000 años de prisión.
El juicio continuará el 30 de octubre en la ciudad de Guatemala.
Jo-Marie Burt es Profesora Asociada de Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos en la Universidad George Mason. También es Asesora Principal de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés). Paulo Estrada es activista de derechos humanos, estudiante de arqueología en la Universidad de San Carlos y es una de las partes civiles en el caso del Diario Militar. Este artículo fue publicado por primera vez en el Monitor Internacional de Justicia.