Nuevo embajador en EEUU: empresarios, conservadores y neopentecostales
0Manuel Alfredo Espina Pinto ha sido confirmado en el cargo de Embajador de Guatemala en Washington, aunque oficialmente aún no se ha dado a conocer. Hijo del ex vicepresidente de la República, Gustavo Adolfo Espina Salguero, en la administración de Jorge Serrano Elías (1991-1993), Espina Pinto es actualmente presidente de Guatemala Próspera, una instancia empresarial guatemalteca ligada al neopentecostalismo evangélico y a grupos conservadores y empresariales estadounidenses. Confirmaría que gobierno, ciertos políticos y un fuerte bloque empresarial buscarán dar un golpe de timón en las relaciones Estados Unidos-Guatemala.
Por Luis Solano
El embajador neopentescostal
Manuel Espina Pinto asumirá el cargo en julio, tras varios meses de permanecer en ascuas el beneplácito por parte de la administración de Donald Trump. Su nombramiento llega luego de haberse propuesto su nombre desde las esferas empresariales ligadas al sector neopentecostal de Guatemala y de Estados Unidos.
Espina es hijo del ex vicepresidente de la República, el abogado Gustavo Adolfo Espina Salguero, quien también ocupó la presidencia de la República por pocos días (1-5 de junio de 1993) tras el autogolpe de Serrano Elías, en mayo de 1993, que terminó llevando a ambos al exilio en Panamá. Espina Salguero, empresario con negocios industriales e inmobiliarios, vinculado a las iglesias neopentecostales El Shaddai y Fraternidad Cristiana, parece ser una de las figuras tras bambalinas.
El ahora futuro embajador, Espina Pinto, tiene estrechos nexos con el pastor y motivador estadounidense John Maxwell, bastante vinculado con Guatemala Próspera, quien estuvo en febrero en Guatemala en una serie de actividades de motivación al estilo religioso neopentescostal con funcionarios y empleados públicos, incluyendo al presidente Jimmy Morales.
Espina Pinto también se ha hecho notar por sus estrechas conexiones con miembros del Partido Republicano estadounidense, tal el caso del actual Fiscal General, Jeff Sessions. En 2013, se fotografió con Sessions cuando aún era senador, e incluyó a la Junta Directiva de Guatemala Próspera.
Golpe de timón….más a la derecha
La estrecha cercanía con importantes sectores ultraconservadores del Partido Republicano, parece ser el factor que catapultó a Manuel Espina Pinto al cargo de embajador en Washington. Y ello implicaría un golpe de timón en las relaciones con Estados Unidos, desgastadas durante el gobierno del Partido Demócrata de Barak Obama.
Y este giro puede ser dado, en lo inmediato, a cabildear en dirección del nombramiento de un nuevo embajador estadounidense en Guatemala. El actual embajador Todd Robinson termina su cargo en octubre de 2017, y aún no es claro si será sustituido y cuándo.
Las relaciones con la actual embajada estadounidense se encuentran en su nivel más bajo. La fuerte presencia de ese cuerpo diplomático, vía su embajador, en escenarios vinculados a juicios a militares, los apoyos al Ministerio Público y a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) –instancias muy cuestionadas por esos sectores conservadores detrás del nuevo embajador- son parte de la agenda a abordar con ese segmento del Partido Republicano, que podría llevar bajo el brazo Espina Pinto.
Ese nombramiento coincide con la contratación del bufete Barnes & Thornburg, de parte de un grupo de diputados del Congreso de Guatemala, para cabildear con el gobierno de Estados Unidos. En ese bufete destacan los abogados Robert T. Grand y Matthew Morgan quienes se integraron al equipo de Pence, y cuyo bufete fue un pilar en esa campaña electoral.
Los diputados contratistas fueron Fernando Linares Beltranena, del Partido de Avanzada Nacional (PAN); Óscar Quintanilla, de la Alianza Ciudadana; Julio Lainfiesta Rímola, de la Unidad del Cambio Nacional (UCN); y Jaime Regalado, del Movimiento Reformador. El primero, enfrentado con el embajador Robinson por sus diferencias en asuntos internos de Guatemala y, sobre todo, por el retiro de su visa estadounidense. Según declaraciones de Linares Beltranena a Emisoras Unidas, “Un grupo de empresarios del sector privado realizarán pagos para cabildear la relación entre Guatemala y EEUU”, aunque no los identificó.
Con ese mismo bufete, el hoy exembajador guatemalteco para asuntos de migrantes, Marvin Claus Mérida, firmó en marzo un contrato parecido al de los diputados, para cabildear a nombre de la administración de Jimmy Morales. El contrato fue dado a conocer por elPeriódico. Sin embargo, tanto la vice-canciller, Anamaría Diéguez, y el Ministro de Finanzas, Julio Estrada, descartaron, en conferencia de prensa el 19 de junio, la contratación de alguna firma de lobbistas en Estados Unidos para buscar apoyo político.
Todo indica que tras darse a conocer la contratación del bufete, rápidamente se comunicó por parte de esos abogados que el contrato se dio por terminado en abril, un mes después de haberse firmado.
La contratación de la firma Barnes & Thornburg parece apuntar hacia los mismos fines que llevaron al nombramiento del nuevo embajador guatemalteco, dadas sus estrechas conexiones con el vicepresidente Mike Pence y el Fiscal General, Jeff Sessions, representantes de los sectores republicanos ultraconservadores y neopentecostales.