No todos los estudiantes son tan deahuevo: perspectiva crítica del movimiento estudiantil universitario.
0Este esfuerzo es la recopilación de algunas reflexiones hechas en el último año de trabajo dentro de la articulación del estudiantado universitario (CEUG) para reconstituirlo como un sujeto político a nivel nacional. En un primer momento, partiremos del análisis de la figura del estudiante organizado y su sentido dentro de una sociedad capitalista; para luego hacer un breve repaso de las condicionantes históricas que nos alejan, hoy por hoy, de ese sueño. Intentando dar un panorama realista, presentaré algunas de las aristas del movimiento actual y una caracterización final de lo que he podido observar sobre el mismo durante el shock del 2015.
Por Andrés Ruiz
Este texto fue publicado en el blog La casa está tomada el día 23 de mayo de 2016. Acá reproducimos la sección sobre las divisiones del movimiento universitario contemporáneo
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Vertientes del movimiento estudiantil contemporáneo
Estas vertientes no son puras ni únicas. Entre ellas existen puntos medios y existen personas entre una y otra o que han estado en varias. Ademas, no pretende caracterizar minuciosamente ningun colectivo, unicamente pretende proponer algunas categorías para continuar la discusión.
El movimiento huelguero
Empezamos por aquí por ser, sin mucho espacio a discusión, la hegemonica. El movimiento huelguero es propio de la USAC y al ser hegemónicos también se han apropiado de la identidad sancarlista. Si bien en los estatutos de las Asociaciones Estudiantiles, el Comité de Huelga es una dependencia de la Secretaría de Cultura, el dinero que la huelga maneja le ha dado autonomía sobre las asociaciones. El Honorable Comité de Huelga, mejor conocido como Los Zopes, no debe ser entendido como una vertiente del movimiento estudiantil; sino como una estructura contrainsurgente dentro de la universidad, que trasciende en algunos casos al gobierno universitario y tiene presencia en el CSU.
No debe caerse en el error de pensar que todo el movimiento huelguero está afiliado a Los Zopes. Existen los autónomos, los alternativos y quien sabe cuantos grupos que, también independientes de las Asociaciones, realizan actividades huelgueras. Sin embargo, todas las manifestaciones del movimiento huelguero han emulado modos y prácticas militaristas. Un ejemplo reciente se encuentra en la columna que hizo Tommy Morales en redes sociales: “el encapuchado, simplemente es cualquier civil o estudiante”, la palabra civil, para referirse a los estudiantes no huelgueros, es heredada del ejército; que llama civil a todo ciudadano externo a las fuerzas armadas. La verticalidad es un hecho en el movimiento huelguero, existen cadenas de mando, niveles, jefes y una estructura jerárquica que, no siendo suficiente, se combinan con enfrentamientos violentos entre grupos y prácticas autoritarias.
Otra evolución interesante del movimiento huelguero es que ha perdido su sentido satírico de las tradiciones católicas de Semana Santa y ha alcanzado un nivel cuasi religioso con la devoción a sus símbolos. El respeto a la Santa Chabela no pasa por la caricaturizacion de los ídolos católicos, ni las carrozas por una parodia de las procesiones. El huelguero es realmente un devoto y sacrifica su tiempo y energía dentro de esta tradición. Si bien esto crea patrimonio cultural, se aleja progresivamente de la jocosidad y sátira que la originaron, para convertirse en un tema serio del que no cualquiera puede hablar. Los asuntos internos a la Huelga de Todos los Dolores, son celosamente reservados para los que forman parte del movimiento e incluso una pequeña descripción como ésta, suscitara seguramente alguna advertencia para este autor. Talvez por este celo han logrado ser la única vertiente con una identidad fuerte, aglutinadora y con las capacidades operativas más importantes dentro del movimiento.
La capucha nos habla de una cultura del anonimato dentro de la Huelga y es hoy por hoy el simbolo más sagrado. Diversos grupos huelgueros han empezado a tratar de hacer más amigable su imagen con el afán de mejorar sus opciones electorales a lo interno de la universidad. Una de las mejores demostraciones de esto es el movimiento #USACesPueblo. Este hashtag fue ideado por algunos comités autodenominados independientes de la secretaría de AEU y ha permitido que figuras del movimiento huelguero se posicionen mediáticamente como vanguardia del movimiento estudiantil sancarlista.
Los institucionalistas
El contexto de guerra y la criminalización del estudiante universitario ha castigado a las visiones más radicales. Mientras el huelguero es percibido como vago y mal estudiante, el “chairo” es una caricaturizacion de lo que en algún momento fue el estudiante sancarlista: pelo largo, morrales o muestras de afinidad con la cultura maya, actividades económicas informales que le permitían autonomía económica, y un discurso crítico antisistémico y anticapitalista. Como una negación de todo esto, surgen los institucionalistas. Esta variedad suele estar alineada con las autoridades o bien mantener una relación armoniosa y de cooperación. Alejados del huelguero, rechazan las prácticas y rituales de estas y se concentran en la construcción de una imagen positiva, a través de programas de voluntariado y servicio social. La época democrática mediatiza la política y también a este sector estudiantil, generalmente son personas populares en redes sociales y hábiles en el uso de tecnologías de la comunicación.
Esta vertiente se encuentra tanto en la USAC como en las universidades privadas y tienen un discurso bastante posmoderno o post ideológico que apela a la neutralidad. Preocupados por el bien común, pero rechazando, negando u omitiendo la historicidad de los conflictos nacionales de sus planteamientos. Sus discursos optimistas suelen enfatizar que el cambio empieza en uno mismo, la superación personal, la alegría, la jocosidad como características de la juventud y en algunos casos la cristiandad. Algunas condiciones negativas son su falta de memoria histórica, en algunos casos una afiliación muy fuerte y acrítica a las autoridades o grupos adultos, una lectura muy ingenua de los problemas nacionales y un pensamiento individualista y aspiracionista; es decir, más preocupado por la percepción externa que por la construcción de organización estudiantil independiente.
Lxs para-universitarixs
Este sector es sin duda el más amplio y seguramente cometo un reduccionismo al incluirlos a todos aquí, pero dejaremos eso para análisis más profundos. El para-universitario, es quien estudia en la universidad pero, no siente la identidad estudiantil o bien está desencantado de la política universitaria. Usualmente están vinculados con movimientos sociales, pero que no valoran la universidad como un espacio político importante o viable. Surge aquí también, un espectro amplio de politización dentro de esa organización, que pasa por ejemplos concretos. Uno interesante es Héctor Herrera, Secretario de Organización y Propaganda del comité ejecutivo nacional, del Sindicato Autónomo Magisterial Guatemalteco estudiante universitario o Bernardo López Samayoa hijo de don Toño, líder comunitario de huehuetenango preso por resistirse a megaproyectos en su territorio. De igual forma encontramos grupos feministas, grupos de estudiantes indígenas, miembros de resistencias antimineras, artistas y personas organizadas afuera de las universidades e involucradas en problemas nacionales desde antes del 2015.
Este fenómeno no es exclusivo de la USAC, también encontramos egresados y estudiantes de universidades privadas que encajan en esta vertiente. Lo más característico en esta es la diversidad de la praxis política de lxs companerxs. Además, podemos suponer que este sector está en crecimiento después del 2015 que fue para muchos su primera marcha y/o participación política.
La Coordinadora Estudiantil Universitaria de Guatemala
El panorama que intenté describir, es en el que se gesta la Coordinadora Estudiantil Universitaria de Guatemala. La CEUG logró, en algún momento, aglutinar a estudiantes de cada una de estas vertientes. El error inicial que cometieron fue el de restringir la participación de estudiantes a miembros de las organizaciones fundadoras: #USACesPueblo, Landivarianos, Acción UVG y Movimiento Marro. Hoy la CEUG funciona con la participación individual de los estudiantes, por lo que cada colectivo fundador a tomado estrategias diferentes y se extendido el contacto hacia organizaciones estudiantiles en otras universidades, como Cambio Galileo que ya es parte de CEUG y Conciencia Istmo que amplían la red, sin necesidad de integrarse a la CEUG.
El año de trabajo en la CEUG también ha traído cambios metodológicos y estratégicos al planteamiento. Si en un inicio el tema aglutinador era la corrupción, lxs miembrxs se han integrado a otros colectivos emergentes; participado en espacios de formación e integrado a otros proyectos políticos volviendo llevando la discusión a otros niveles y canales y las críticas de ajenos, como en el caso de Fernando Wer o ex-miembros como Tommy Morales, aportan elementos importantes en la discusión. Las certezas de la que partimos como CEUG provienen de la necesidad de caminar juntos, la importancia de desmontar cuerpos conceptuales con los que hemos sido adoctrinados, la vigilancia y el acompañamiento a la lucha por el cuidado del ambiente, la articulación con cada vez más estudiantes y el fortalecimiento de la organización en cada universidad y la presencia en los problemas nacionales.
Como opinión personal, considero que la organización estudiantil en Guatemala, ya cuenta con una institucionalidad oficial, y esa es la Asociación de Estudiantes Universitarios, Oliverio Castañeda De León. Sin embargo, recuperar AEU es más dificil que solo que cambiar de secretariado; es necesario un proceso largo de reconstitución de la asociación estudiantil, así, con minúscula. La estrategia contrainsurgente consiste en desgarrar el tejido social con brutalidad y miedo; es necesario sanar ese tejido social, he ahí la importancia de la memoria histórica y donde también debe existir un esfuerzo por construir lazos de confianza y trabajo. Al igual que en una sala de operaciones tras una amputación, se hace una costura que ayude a la piel a unirse y cerrar la herida; es necesario un catalizador de esa unidad social y tomar acciones puntuales por la reconstrucción del tejido social. La CEUG es una organización embrionaria para la consecución de tan ambiciosos fines y que ha logrado, aún con sus falencias, lanzar un fuerte cuestionamiento a la hegemonía de la inacción en el movimiento estudiantil.
Como se mencionó al principio, la CEUG ha buscado posicionar al estudiante como un actor político; la siguiente fase es articular una agenda propia que reivindique los intereses del estudiante y de la juventud. Para que el estudiante asuma el rol que se le reclama, hace falta mucho trabajo y un esfuerzo que seguramente va a trascender nuestra vida universitaria y requiere el apoyo de otros sectores de la sociedad civil. El movimiento estudiantil no debe ser un apéndice del movimiento ciudadano; dialogo, encuentros, debates y finalmente la movilización son necesarios y venideros. Aún está por verse si termina de surgir una vertiente huelguera rupturista con el Honorable Comité de Huelga; si los colectivos de las universidades privadas logran mantener la presencia, a pesar de las presiones de los dueños de dichas corporaciones; si se logra alcanzar otros centros urbanos con organización estudiantil y si las asociaciones y otros grupos organizados dentro de la USAC logran consolidarse en un frente amplio y común y articularse con CEUG para articular un movimiento contrahegemónico en las universidades.
Conmemorando el 22 de mayo, día del estudiante universitario: ¡Unidos Venceremos!