Murió el gran genocida
0El reo Efraín Ríos Montt, condenado por genocidio ixil, es conducido en una patrulla de la PNC a la prisión especial en el Cuartel de Matamoros.
La sentencia no ha sido anulada, para eso se necesita una sentencia que la anule, lo que ha sido retratraido son las actuaciones» yolanda nieves
Por: Ana g. Aupi
Parece que hoy si se confirmó.
Murió el gran genocida
en su cama de sábanas de algodón,
confortable hasta su verdadera partida.
No hay órgano de mi cuerpo
que no contagie la acidez de la injusticia,
que no vibre el grito corrosivo
de quien ungido cual cristo
decide volver a la muerte este domingo de pascua.
Las venas de mis ojos predicen explotar
cual río intervenido por proyectiles en Ilom
Y cada célula de mi cuerpo alimentada de maíz
convulsiona con los cuerpos aun por encontrar,
brama por los abrazos que no vendrán nunca mas de vuelta.
¿En su cama?
Ojalá y la eternidad tenga preparado para él
la receta de barbarie que impartió sobre la tierra (arrasada).
El dolor físico de ser amputado y empalado en vida
hasta la consternación.
Que presencie como todo lo que amaba
– no se si alguien así podía hacerlo-
se le arrebata con sadismo
como si no valiera nada.
Quiero un monumento donde ir
a vomitarle, orinarle
y cagarle encima.
Donde en público,
desnudo e indefenso
fieras entrenadas por él
atraviesen su vieja carne
podrida de maldad.
Quiero luto nacional
por la osadía de irse en paz
rodeado de su familia
y con derecho a sepelio.
Ojalá y en su llegada al juicio final,
sea perseguido por perrxs sedientxs de su sangre,
y a las puertas de tal oficio,
le sentencien espere a todos sus aguaciles
que le hicieron irse sin pagar las cuentas mínimas.
Y que ahí en la puerta,
corra hasta desfallecer, pidiendo clemencia
que nadie le concederá.
Y espere así,
hasta poder ser procesado con todxs lxs ávidos cómplices
que atrofiaron nuestra sentencia,
como si pudieran tapar el sol con un dedo.
Por mezquinos y aborazados,
que gocen la misma suerte
al terminar toda esta hazaña.
Hoy,
que realmente desconocemos del lado que quedó Dios,
tememos la posibilidad de purgatorio,
ya que, siendo domingo de resurrección,
y dispuesto como está el sagrario,
el vino rojo presagia,
un repicar de campanario,
que de facto haga “verbo”
su legado impune y sanguinario