Memoria: territorio en disputa
0Hoy 30 de junio ya no celebramos al ejército de Guatemala, sino a las mujeres y hombres que fueron asesinados por el ejército durante uno de los períodos más tristes de nuestra historia reciente: la guerra interna.
¿Has escuchado el lema: Memoria, territorio en disputa? Se dice que la memoria también es un territorio en el que se desarrollan nuestros recuerdos de hechos y acontecimientos que marcaron nuestra historia personal y/o de pueblo, y que hoy dan sentido a lo que somos. Como los otros territorios, cuerpo y tierra, la memoria como parte de nuestro territorio ser, también está en disputa desde el momento en que existen personas o países interesados en ocultar la verdad.
Si hoy salimos a las plazas a gritar y exigir justicia y mejores condiciones de vida, es por aquellas y aquellos que lo hicieron en su momento y marcaron precedentes históricos que nos permiten vivir y exigir nuestros derechos. Una abuela ejemplo es María Chinchilla, quien fue asesinada en una jornada de protesta el 25 de junio de 1944 y por quien miles de docentes celebraron su día hace poco. Así como ella existen al menos 150 mil personas asesinadas y 200 mil desaparecidas durante los años de 1960 a 1996, el período de la guerra interna.
¿Para qué celebrar a un ejército que ha provocado muerte y corrupción en el país? Sabemos que la historia oficial no cuenta los objetivos detrás de los hechos o invisibiliza puntos de nuestra historia que pueden explicarnos nuestra realidad. Por ejemplo, por muchos años la verdad ha sido manipulada para explicar el tema de la guerra interna en Guatemala. Es por ello que hoy en día, organizaciones sociales resignifican (le dan un nuevo significado) el día 30 de junio y dejan de celebrar al ejército guatemalteco que está claramente implicado en actos de genocidio y masacres en el país.
Hoy día, al 30 de Junio se le llama Día de las y los héroes y mártires y en el se recuerda a aquellas mujeres y hombres que fueron asesinados y desaparecidos durante el período de la guerra interna, comúnmente llamado conflicto armado interno. En esta fecha también se busca poner en evidencia el alcance de las acciones orquestadas por el Estado guatemalteco, para acallar a un pueblo que buscaba reformas claras y estructurales, que les permitiera mejores condiciones de vida.
Las cosas no han cambiado mucho. Durante la guerra fue el ejército el involucrado en la violencia, ahora junto con la policía, mata y reprime a nuestras hermanas y hermanos en Totonicapán, en La Puya, en Semococh, en el Polochic, y en miles de lugares más de nuestro país. Hoy en día el ejército resguarda los intereses de empresas transnacionales. Hoy en día, el presidente ex militar, sostiene un gobierno plagado de corrupción.
Junio, el mes de la Memoria Histórica
Durante el mes de junio, organizaciones sociales como H.I.J.O.S. ((Hijas e hijos por la Identidad, la Justicia, contra el Olvido y el Silencio)) y CALDH ((Centro de Acción Legal en Derechos Humanos)) han organizado diferentes acciones para recordar a nuestras ancestras y ancestros. Recordarlas es mantener presentes sus ideales y las causas de su lucha, que hoy en día continúan vigentes.
Esta jornada de junio ha incluido acciones como embuscada, empapeladas, plantones y marchas, entre otras y termina el 30 de junio con una marcha por la memoria histórica.
El 22 de junio, hace 71 años 311 hombres (sin ningún genérico, eran todos hombres) de reconocida notoriedad, entregaron una carta al Dictador (Jorge Ubico en ese entonces, quien gozaba del favor y apoyo de los gringos) pidiendo su dimisión. Hoy, como entonces, las demandas de transformación social, política y económica continúan vigentes.
Ese día se entregó una carta a Otto Perez Molina pidiendo su dimisón.
¿Por qué no solo olvidar o reconciliarnos?
- No podemos y no debemos olvidar, porque olvidar es anular nuestra historia y nuestras raíces. Al contrario debemos mantener viva la memoria como pilar fundamental para avanzar en estas nuevas jornadas de lucha por una vida más digna.
- Tampoco podemos solo perdonar mientras no haya justicia, aceptar un simple reconocimiento de la violencia y listo, debemos exigir justicia como una mínima medida de reparación.
- Ni podemos reconciliarnos pues en la mente de los genocidas ni siquiera se asoma un leve arrepentimiento por las miles de muertes cometidas.
Debemos recordar los nombres de las mujeres y los hombres que lucharon y dieron su vida para que hoy en día, nosotras y nosotros ejerzamos nuestro derecho a la protesta. Recodarlas para contagiarnos de su fuerza y de sus ganas de tener una patria más digna, con menos corrupción y más justicia. Recordarles es un primer paso en el genuino proceso de reconstrucción y reconstitución del dolor ocasionado a las víctimas y sobrevivientes de la guerra, y en la búsqueda de castigo a los culpables.
Como dice esta canción: Todas y todos somos hijas e hijos de una misma historia
#FlorecerásGuatemala #OtraGuatemalaYa