Por Equipo de Análisis

¿Cómo se generan los consensos en el Consejo?

Ponerse de acuerdo entre 40 personas puede llegar a ser difícil. Más aún cuando esas 40 personas vienen de dinámicas diferentes, con relación con otras instituciones del Estado y tienen diferentes rangos de edad. El Consejo Superior Universitario (CSU) está compuesto por 40 personas, provenientes de 10 facultades y representando cada una a estudiantes, profesores, decanos y profesionales. En este panorama, lo más esperado es el caos.

Pero dentro del CSU hay dinámicas, oficiales y extra oficiales, para poder ganar apoyos y generar consensos. En el consejo máximo de la Usac buena parte de las decisiones y los apoyos giran en torno al Rector. Él es el encargado de poner orden dentro del resto de miembros.

Es él quien cada año se encarga de definir los montos que recibirá cada facultad, centro de investigación, y centro regional. Como se ha visto año con año, si algún decano se aleja del rector, éste lo puede castigar al no aumentarle debidamente el presupuesto para el siguiente año. El rector también permite viajes a congresos y conferencias o puede apoyar a algún decano que busca la reelección. Y como ser miembro del Consejo no es para siempre, si se apoya debidamente al rector en turno este puede gestionar algún puesto en otra dependencia de la USAC.

En los pasillos del Consejo, enfriar las relaciones con el Rector se conoce como “la congeladora”: alejarse (o ser alejado) es equivalente a perder poder.

Esa centralidad del presupuesto aplica también a cada facultad. Es cada decano el que, también en consejo, decide en qué utilizar los fondos. Y los estudiantes y profesores que participan allí generalmente demuestran lealtad votando a favor de las propuestas que vienen de arriba. Los estudiantes pueden buscar apoyos para campañas para asociaciones estudiantiles, o buscar un puesto al graduarse. Y los profesores que no están en planilla dependen del visto bueno del decano en turno para continuar laborando semestre a semestre. Eso le da poder al decano, que busca al igual que el rector alinear apoyos a su alrededor.

Es normal entonces que si un Rector puede mantenerse por varias gestiones en el puesto, los apoyos a su alrededor también se mantengan. Eso fue lo que ocurrió con el ex-rector de la Usac, Estuardo Gálvez. Por cuatro años estuvo al frente de la poderosa Facultad de Derecho, y luego pasó ocho años al frente de rectoría. Eso le valió muchos apoyos y poder.

Las elecciones de CC en 2011

Por eso en marzo de 2011 logró sin ningún problema meter a sus dos candidatos para llegar a la Corte de Constitucionalidad. Desde que llegó en 2006 se encargó de apoyar a los decanos a su alrededor con puestos o en las campañas de reelección que realizaban. Los decanos a su vez se encargaron de lograr apoyos a lo interno de su facultad, con profesores y estudiantes. Y para 2011 estos mecanismos de apoyos estaban muy aceitados.

De los 38 miembros del CSU que estaban presentes en la sesión, según consta en las actas del CSU, la propuesta a titular para magistrado de la Corte de Constitucionalidad del rector Estuardo Gálvez tuvo el apoyo de alrededor de 75% del quórum: 29 de 38 votos fueron suficientes para que el abogado y por muchos años catedrático sancarlista Mauro Chacón Corado llegara por primera vez a la CC.

Otro 66% del apoyo del CSU, 24 de 38 miembros, le valió a Gálvez para que Juan Medina Salas fuera escogido como suplente de la CC. Pero había detalles de la votación que fueron importantes, y que terminaron de alguna manera definiendo el futuro del predominio de Gálvez en el Consejo, una vez culminara su tiempo como rector.

Entre los votos nulos hacia la propuesta de Gálvez estaba el entonces decano de la Facultad de Derecho, Bonerge Mejía. Hay un hecho que nadie olvida en Derecho: en 2010 Gálvez rompió el pacto de sucesión en la estructura de poder; en vez de ceder la rectoría a Bonerge Mejía, se reeligió. Desde entonces Mejía y su primo, Avidán Ortíz (actual decano de Derecho), votan en contra de Gálvez.

Y cuando Gálvez salió de rectoría y dejó en el puesto al que fue su secretario por ocho años, el odontólogo Carlos Alvarado Cerezo, los dos primos de Derecho se acercaron al nuevo rector y lo ayudaron a salir de la órbita de su antecesor.

Las fuerzas dentro del CSU

Desde entonces comenzó el declive de Gálvez, que tenía entre sus metas llegar como magistrado a la CC. Pero ayudaron otros factores. La crisis política del 2015 terminó de opacar al ex rector: luego de años al frente de la USAC, su nombre no era siempre asociado con ética, y alejarse era la mejor opción para su pupilo y nuevo rector, Alvarado Cerezo.

Al negar la continuidad del apoyo a Gálvez, los lazos clientelares que mantenían a varios decanos en la órbita de Rectoría comenzaron a flaquear. Con los meses, varios decanos, profesores y estudiantes que habían sido fieles al ex rector comenzaron a salir del Consejo sin lograr sus reelecciones. Entraron nuevos decanos a las facultades de Agronomía, Arquitectura, y Farmacia. Ninguno de ellos comulga con la política de Galvez o es parte orgánica de sus redes. Si se le suma la oposición de Derecho, 4 de 10 decanaturas le eran ya contrarias. Y los apoyos siguieron cayendo.

El decano de Medicina, que también lo apoyaba, fue enviado a prisión por el caso IGSS-Pisa. El decano de Odontología es fiel al actual rector Alvarado Cerezo, y el de Economía aprovechó el cambio para quitar de inmediato el apoyo a Gálvez. Eso sumó a 7 las decanaturas contrarias.

En Ingeniería el control todavía es del ex decano Murphy Paiz, que ahora es representante de profesores y cuenta con el apoyo del actual decano y del representante de profesionales. Paiz tiene su propia fuerza y se ha mostrado neutral, dispuesto a negociar, con miras siempre a las elecciones a rector del 2018.

En una de las últimas elecciones que llevó a cabo el Consejo, el jueves 28 de enero de 2016, se definieron los requisitos para poder participar en la convocatoria para magistrado de CC, un puesto que Gálvez busca desde que salió de Usac. Entre las prohibiciones iba una ad hoc a Gálvez: no podían participar las personas sin finiquito en la Contraloría General de Cuentas. En la votación, los votos contrarios a esa prohibición resultaron ser los mismos que aún apoyan a Gálvez: Veterinaria y Humanidades, y dos más que dudan en quitarle su apoyo (Ingeniería y Medicina). El resto de miembros del Consejo, con algunas excepciones, votó a favor: 23 contra 9 (ocho nulos).

Elección 28 de enero (favor o en contra de Gálvez)

	Agronomía	Arquitectura	Derecho	Economía	Humanidades	Farmacia	Ingeniería	Medicina	Veterinaria	Odontología
Decanos	Luis Godinez	Byron Rabé Rendón	Avidán Ortiz Orellana	Luis Suárez Roldán	Walter Mazariego Biolis	Rubén Velásquez	Pedro Aguilar Polanco	Mario Herrera Castellanos	Carlos Saavedra Vélez	Édgar Barreda Muralles
Estudiantes	Luis Orellana López	Lucía Ixchíu Hernández	Juan Quezada Gaitán	Erickson González Lemus	Jorge Mario García R.	Francisco García Mejía	Mynor de la Rosa Palacios	Estuardo Lemus Lemus	Gustavo Letrán Ramírez	María Orellana Lemus
Profesores	Alfredo Itzep Manuel	Rodolfo Godínez Orantes	Ana Azañón Robles	Federico Borrayo Pérez	Balter Aguilar Pichillá	César Estrada Mendizabal	Murphy Paiz Recinos	Hermógenes Pacheco Solís	Leonidas Avila Palma	Ingrid Arriola Smith
Profesionales	José Robledo Hernández	Édgar Cabrera Sánchez	Juan Carlos Godínez	Uría Guzmán García	Carlos Granado Posadas	N/s	Herbert Miranda Barrios	Allan Ruano Fernández	Carlos Sierra Romero	n/s
Pro-Gálvez	Pro-Rector	Independiente

La votación del Consejo que dejó afuera a Gálvez. En Amarillo los electores que apoyaron a Gálvez. En Azul los que estuvieron en contra. Y en Rojo los que votaron nulo, mostrándose independientes. Fuente: Actas del CSU.

¿Una batalla de 2? 

En esa cambiante panorama, las elecciones del Consejo vaticinan sorpresas. La lista de aspirantes a la CC por parte del CSU también permiten ver las fuerzas políticas que están buscando ubicar a sus operadores en el poderoso tribunal.

Lo importante es saber que muchas de los miembros de las facultades no tienen intereses directos en la elección de la CC. Votarán según sean sus alianzas, según dicten sus intereses, o de cara a apoyos futuros del rectoría. La CC le importa sobre todo a los abogados, y al Rector, que será la cara visible de la elección y en torno al cual giran los intereses del resto de representantes de las facultades.

Que sea del ámbito de los abogados significa, según lo dicho, que es importante para el ex rector Estuardo Gálvez y para el grupo que controla Derecho (Avidán Ortiz y Bonerge Mejía). Y cada uno de ellos buscará ganarse la confianza del Rector, que guarda la llave para ganar el consenso de una parte importante del Consejo.

Según ha dicho el mismo rector, Gálvez está desplazado del escenario y su capacidad de influir será mínima. Lo que reduce el margen de acción a Derecho y el actual Rector.

Según los perfiles de los candidatos, no hay un abogado que responda totalmente a Derecho. El candidato de Derecho es Bonerge Mejía, pero él está concursando en el Colegio de Abogados. Las elecciones del Colegio de Abogados fueron el 2 de marzo. De este resultado depender el voto en el Consejo de parte de Derecho, que se realizará el 9 de marzo, el mismo día que la segunda vuelta en el Colegio de Abogados.

Pero a Derecho también le conviene votar junto con el Rector por otra razón: a fines de marzo son las elecciones para la decanatura. Avidán Ortíz busca reelegirse, y alrededor tiene una amplia dispersión de varios grupos de abogados. El apoyo de Rectoría puede dar el empujón necesario a Ortíz y Mejía para conservar por al menos cuatro años la Facultad, sin importar los resultados de la CC.

Los aspirantes, además de estas razones, dan una guía de quiénes podrían recibir ese apoyo.

Resalta primero la eliminación de Mauro Chacón del listado, escogido por Gálvez en 2011, ya que sonó por semanas como el que más posibilidades tenía de reelección. También resalta la intención de Medina Salas de reelegirse como magistrado suplente.

Es importante también la candidatura del abogado Juan Carlos Godínez, parte de la agrupación gremial Abogados de Mixco. En las últimas elecciones del Colegio de Abogados, la agrupación de Godinez ha contado con el apoyo de Ética y Derecho, la grupo gremial de Estuardo Gálvez. Y en las elecciones de 2015 para representante del Colegio de Abogados en el Consejo, Gálvez volvió a apoyar a la agrupación de Mixco, y Godinez entró como una pieza suya. Pero sus posibilidades son realmente pocas.

Las posibilidades más grandes las tienen dos personas, y tal vez un abogado poco conocido que se perfila de a pocos: el ex decano de la facultad de Derecho, Francisco de Mata Vela, la abogada que busca la reelección, Gloria Porras Escobar, y el abogado Augusto Rodas Andrade, director de la parte de Derecho en la USAC de Quetzaltenango.

De Mata Vela fue escogido como magistrado de la Corte Suprema durante los años de Alfonso Portillo, parte de una amplia alianza con la facultad de Derecho, que incluyó la inclusión de otro profesor, Francisco Flores, como representante del Consejo Superior de la USAC en la Corte de Constitucionalidad. De Mata también fue decano de Derecho, y fue padrino de Estuardo Gálvez. Fue hasta hace unas semanas el Jefe del Equipo Jurídico de Rectoría: llegó en los años en que Gálvez gobernaba y logró quedarse en la transición con Alvarado Cerezo.

Por otro lado, Porras Escobar llegó en 2011 con la UNE y está buscando la reelección también en el Congreso. Su mejor carta es la jefa de administración del rector, Alenka Barreda. Ella es hermana del diputado de la UNE Carlos Barreda. Según las entrevistas que se hicieron para este documento, la UNE estaría presionando a través de Alenka Barreda para que Porras sea escogida: en el Congreso no cuentan ya con la fuerza para votarla ahora que FCN creció, y buscan asegurarla en el Consejo.

De recibir demasiado desgaste mediático, la tercer opción sería Rodas Andrade. Es una opción interna de la USAC, y por su bajo perfil lograría tener el visto bueno y el voto de confianza de las presiones de CICIG y Estados Unidos.  Al final, todo indica que será la decisión última del rector la que predominará en la votación del Consejo.