Benedicto Lucas García, Acusado de Genocidio, Niega que el Ejército de Guatemala Haya Cometido Actos al Márgen de la Ley.
0Por Jo-Marie Burt y Paulo Estrada
La semana pasada, el Ministerio Público de Guatemala finalizó su presentación de la acusación contra tres altos ex oficiales del ejército por genocidio y otros crímenes graves contra la población Maya Ixil durante el gobierno militar de Romeo Lucas García (1978-1982). Luego de presentar la acusación, el tribunal les dio a los acusados la oportunidad de responder. Benedicto Lucas García, ex jefe del Estado Mayor General del Ejército de Guatemala, habló un largo rato. Declaró ser inocente y negó con vehemencia la participación del ejército en masacres y otras violaciones de derechos humanos. Manuel Callejas y Callejas, ex jefe de inteligencia militar (G2), y César Octavio Noguera Argueta, ex jefe de operaciones militares (G3) se dirigieron brevemente a los miembros del tribunal y también negaron las acusaciones.
“Yo no sé por qué Hablan de mí que soy un Genocida”
Con una chaqueta hecha de tela tradicional indígena y acompañado de su esposa, Lucas García defendió vigorosamente su historial como jefe del ejército de Guatemala. Presumió de su entrenamiento militar en Francia y de su liderazgo en el ejército. Hizo énfasis en su activa participación en la guerra contrainsurgente, declarando que él siempre estaba “en el lugar de los hechos, apoyando a la gente pero no masacrando aldeas.” Al mismo tiempo, declaró que su papel como jefe del Estado Mayor General del Ejército de Guatemala era sólo de asesor, y que las órdenes provenían del Ministro de la Defensa, que “tenía prohibido […] que yo permitiera a las unidades pasar por las aldeas.”
Lucas García decía haber estado en el área Ixil, pero insistió en que el ejército no había cometido masacres ni violaciones de derechos humanos contra el pueblo Maya Ixil. “Nosotros respetábamos a la gente indígena y esa era una orden mía especial, especialmente a las mujeres,” declaró. Lucas García culpó a la guerrilla por la violencia en el área rural. “No quemábamos ranchos, eso lo hacían los guerrilleros para llevarse a la gente a México para adoctrinarlos. Quemaban los ranchos para que ellos ya no regresaran.”
Lucas García atacó la evidencia forense presentada por la fiscalía como un “fraude” fabricado para culparlos a él y al ejército por los asesinatos cometidos por la guerrilla. “No hubo masares, esas masacres fueron hechas,” declaró enfáticamente. “Yo nunca hubiera permitido que asesinaran a campesinos. Los protejo y los he ayudado sin necesidad de ser remunerado.” Varias veces indicó haber salvado de la guerrilla a mucha gente.
También dijo que la Iglesia Católica era un santuario de la guerrilla y que ayudaban a reclutar gente para que combatiera de lado de éstos. Tuvo palabras especialmente ásperas para los Maryknoll, a quienes llamó “oprobiosos”, y para los Jesuitas, a quienes acusó de haber fabricado masacres para acusar al ejército de cometer abusos de derechos humanos. El nombre Maryknoll es utilizado por diferentes entidades misioneras Católicas.
En cierto momento hizo referencia al Obispo Juan Gerardi, que fue asesinado a golpes con una piedra dos días después de presentar el informe final del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica (REHMI), el cual dirigió. Tres oficiales del ejército fueron condenados por dicho crimen en el año 2001. Sin embargo, Lucas García dijo: “Nosotros no fuimos los que mataron a Gerardi, fueron ellos mismos [la guerrillera .” Lucas García prosiguió criticando al Papa Francisco, diciendo que “esta desviado completamente porque es Jesuita” y sugiriendo que el Papa es el culpable de la ola de protestas que recorre Chile y otros países de América del Sur.
También arremetió contra los fiscales del gobierno y las ONGs que “me están comparando ahorita con Hitler.”
“En Guatemala no hubo genocidio,” dijo Lucas García. “Yo no sé por qué hablan de mí que soy un genocida, yo amo a la raza indígena.”
Lucas García: El Caso Molina Theissen es una “Telenovela,” CREOMPAZ “una farsa”
Lucas García se refirió despectivamente al caso CREOMPAZ, por el que fue arrestado por primera vez en enero de 2016 bajo cargos de crímenes contra la humanidad.
La Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), en colaboración estrecha con el Ministerio Público, exhumó 565 cuerpos de 87 fosas clandestinas localizadas en el sitio de la antigua Zona Militar No. 21 (ZM21) en Cobán, Alta Verapaz, entre 2011 y 2012; 145 de estos cuerpos han sido identificados como víctimas del conflicto armado a través del ADN y otras tecnologías.
En agosto de 2016, un tribunal determinó que había evidencia suficiente para enviar a juicio a Lucas García y a otros siete ex altos oficiales del ejército por el caso, sin embargo, éste se ha empantanado debido a una serie de situaciones legales. “Este caso es una farsa total,” dice, sugiriendo que el antropólogo forense a cargo de las exhumaciones, Fredy Peccerelli, no está debidamente acreditado, y estaba “profanando tumbas” y “debiera estar en la cárcel.”
La mayoría de los cuerpos exhumados de la ZM21 mostraban heridas de bala otras señales de trauma. Se encontraron balas asignadas al ejército entre los restos humanos.
También se refirió al caso Molina Theissen, por el que está cumpliendo una sentencia de 58 años de prisión, como una “telenovela.” Declaró falsamente que Marco Antonio Molina Theissen “está vivito y coleando.” Marco Antonio, que tenía 14 años en ese entonces, sufrió desaparición forzada en octubre de 1981 como represalia por el escape de su hermana, Emma Molina Theissen, de una prisión militar. Lucas García también lanzó una amenaza implícita, al decir que cuando se demuestre que Marco Antonio está vivo, “se van a la cárcel fiscales, jueces y querellantes.”
A lo largo de su presentación intercaló referencias a individuos que dice haber ayudado o asistido de alguna manera, y que luego lo traicionaron. Hizo referencia a Pamela Yates, cuya entrevista de Lucas García es parte de la evidencia presentada por la fiscalía, y a otros periodistas e investigadores quienes, según dijo, lo entrevistaron pero “ahora hablan mal de nosotros.”
También dijo haber salfado la vida del padre del Juez Pablo Xitumul, que sufrió desaparición forzada en Rabinal en 1981, y “viene el Juez Xitumul y me sanciona a 58 años.” El Juez Xitumul presidió el tribunal en el caso Molina Theissen.
Siguientes Pasos
Los querellantes y los abogados defensores presentarán sus argumentos de cierre. El Juez Miguel Ángel Gálvez, quien preside esta fase, determinará entonces si la evidencia es suficiente para enviar el caso a juicio.
Jo-Marie Burt es Profesora Asociada de Ciencia Política y Estudios Latinoamericanos en la Universidad George Mason. También es miembro Senior de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA). Paulo Estrada es activista de derechos humanos, estudiante de arqueología y querellante adhesivo en el caso del Diario Militar. Esta nota fue publicada en el Monitor de Justicia Internacional y traducido por Alejandro Arriaza.