Brasil: Desalojo de artistas, entre el fútbol y el desprecio.
1Colaboración entre CMI-G y Subversiones Agencia Autónoma de Comunicación.
Texto: Heriberto Paredes
Foto: Heriberto Paredes e Ingrid Fadnes
Video: Susana Norman.
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Algunos dicen que ocurrió a las 5:30, otras personas ubican el hecho a las 4:00, lo cierto es que en la madrugada no se tiene mucho registro del tiempo, sobre todo cuando se duerme luego de un día de trabajo. Por eso entre los desalojados del Laboratorio Compartilhado TM-13 existe confusión sobre la hora en la que la Guardia Civil Metropolitana (GCM) llegó a el predio ocupado. Se trata de un acto violento que no tiene precedentes jurídicos, no hubo avisos previos ni algún tipo de señalamiento que indicara que los artistas moradores serían sacados del predio a patadas y jaloneos de cabello.
La legislación brasileña en São Paulo marca que durante un periodo de 48 horas inmediatamente después de una ocupación, puede llevarse a cabo su desalojo, siendo las fuerzas tácticas de la Policía Militar las que tendrían que llevarlo a cabo.
El desalojo al que asistimos es un hecho violento que ocurrió a tan sólo 20 metros de donde tiene lugar un conglomerado de pantallas, espectaculares y bardas metálicas que separan al Brasil del desarrollo y la fantasía del fútbol del país que no niega sus contradicciones pero trata de sobrepasarlas con alternativas y proyectos a pesar de la adversidad que significa nadar contra el gran pez.
En caso que en dicho plazo esto no tenga lugar, lo que sigue es un proceso jurídico que involucra a diversas instituciones, el cual puede durar meses o años e implica el envío de avisos, la suspensión de servicios y la presentación de la policía con la orden expedida por el juez correspondiente. Nada de esto aconteció.
Diversos testimonios de habitantes del Laboratorio indican con mucha precisión que a un mes y medio de haber ocupado el local de una vieja escuela de baile, ni se presentó la policía, ni llegó aviso alguno y sin embargo la madrugada del 18 de junio, un comando de la GCM llegó acompañado de dos personas vestidas de paisano —de las que aún no se sabe su identidad—, sujetando bolsas de plástico con algo desconocido adentro. De manera simultánea, los elementos policiales entraron y sacaron a la gente en medio de la confusión.
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El Laboratorio Compartilhado TM-13 es una articulación entre diversas personas que, utilizando las herramientas del arte, comenzaban a construir algunas alternativas para la gente en situación de calle. No sólo para aquella que ya vivía en este sector -entre la plaza Ramos y el valle de Anhangabaú- sino para todo aquel que se acercara a los talleres y eventos organizados por la gente que participaba en el proyecto. Dicho espacio además se ocupaba en proporcionar un lugar limpio e higiénico para dichas personas, que más allá de los estigmas sociales que cargan, merecen un trato digno en tanto que seres humanos.
El tema no es menor, dado que dicho apoyo, en países como Suiza o Alemania (referentes locales del capitalismo a seguir) sucede de manera legal y con el apoyo institucional especializado. Brasil, con poca experiencia en este tema, reprime y estigmatiza en lugar de problematizar las causas y todas las implicaciones de esta situación. El desalojo de la ocupación del Laboratorio es un ejemplo claro.
Alrededor de 40 personas eran parte de los talleres y demás proyectos del Laboratorio, que aunque no se trataba de una ocupación para atender una demanda de vivienda, algunas personas pernoctaban en ella, por lo que había gente durante dicha madrugada. El objetivo del local era consolidar un espacio adecuado para ofrecer alternativas culturales y artísticas –con creatividad y bajo una visión política horizontal- en una ciudad gobernada por el Partido de los Trabajadores (PT) e invadida por su “proyecto cultural”. Bajo la óptica del partido dominante, las expresiones que no se adecúan a sus lineamientos ideológicos o comerciales, simplemente están fuera y son, han sido y serán reprimidos.
El desalojo al que asistimos es un hecho violento que ocurrió a tan sólo 20 metros de donde tiene lugar un conglomerado de pantallas, espectaculares y bardas metálicas que separan al Brasil del desarrollo y la fantasía del fútbol del país que no niega sus contradicciones pero trata de sobrepasarlas con alternativas y proyectos a pesar de la adversidad que significa nadar contra el gran pez. Sin que los turistas asistentes a la transmisión del partido entre Holanda y Australia percibieran algo fuera de lo “normal”, la policía militar mantenía ocupado el predio mientras algunas personas sacaban lo último de sus pertenencias e instalaban un campamento de resistencia en esta plaza. Por si fuera poco, una torrencial lluvia cayó y terminó de completar el fallido cuadro.
En el video que acompaña este texto, es posible escuchar algunos testimonios de las personas que conforman esta lucha artística y que pasaron por la penosa experiencia del desalojo. Algunos de ellos fueron agredidos físicamente, para otros bastó el shock de la confusión para colapsar, pero todos coinciden en la legitimidad de su propuesta cultural, su derecho a ocupar espacios ociosos para revitalizarlos desde una perspectiva popular y su derecho a participar política y socialmente más allá de las imposiciones gubernamentales.
[…] COLABORACIÓN ENTRE CMI GUATEMALA Y SUBVERSIONES AGENCIA AUTÓNOMA DE COMUNICACIÓN. TEXTO: HERIBERTO PAREDES, FOTO: HERIBERTO PAREDES E INGRID FADNES, VIDEO: SUSANA NORMAN. FOTO REPORTAJE COMPLETO, Y OTRO TEXTO SOBRE EL MOVIMIENTO URBANO DE OCUPACIÓN EN SÃO PAULO ACCESIBLE EN SUBVERSIONES. http://cmiguate.org/brasil-desalojo-de-artistas-entre-el-futbol-y-el-desprecio/ […]