Las familias azucareras emergentes
1El azúcar lleva décadas de estar entre los principales productos exportadores del país. Todo comenzó desde la década de los sesenta, cuando Estados Unidos le otorgó a Guatemala una parte de la cuota que pertenecía a Cuba. Hoy han crecido y se han diversificado. Mientras, han sido señalados de abusos laborales y de contratar a niños para trabajar. Así están compuestas las principales inversiones de las familias azucarares.
Por Luis Solano
Este es una versión resumida de un artículo más amplio, publicado en 2006 en El Observador.
Destaca también un grupo de azucareros que aprovecharon la privatización del sector eléctrico en los década de los 90 y se convirtieron en generadores de electricidad, siendo ellos: Molina Calderón con la propiedad del ingenio La Unión; los Botrán con la propiedad del ingenio Santa Ana; los Leal Pivaral y su ingenio Magdalena; los Campollo Codina propietarios del ingenio Madre Tierra; y la vieja familia Herrera Ibárgüen que mantiene la propiedad de los dos ingenios más grandes del país como son el Pantaleón y Concepción.En conjunto han llegado a producir el 20% de la electricidad que se genera en Guatemala. Este sector agroexportador y parte clave de la élite agroindustrial y del poder político, se ha afianzado y se le considera en colectivo, parte del sector dominante que posee el poder económico en el país.
Su presencia en la esfera política se ha reflejado en los gobiernos de Álvaro Arzú y de Óscar Berger, inclusive participando directamente en el ejercicio del poder gubernamental. En el caso de la familia Botrán, a través de las industrias licorera y azucarera, sentó las bases para fundar el Banco de Exportación (BANEX), y participar en su momento del boom de las telecomunicaciones en el país a través de la estadounidense Bellsouth e, incluso, en inversiones hoteleras como el Hotel Meliá. Recientemente entraron a jugar directamente en el juego e incidencia mediática al abrir el canal de televisión Latitud.
Las cabezas más visibles de la familia Botrán son los hermanos Alejandro y Andrés. El primero entró a participar directamente en política en los primeros años de la presente década, al afiliarse al Partido de Avanzada Nacional (PAN) y pasar rápidamente a integrar su Comité Ejecutivo Nacional (CEN), luego del fraccionamiento que experimentara este partido en 1999, tras perder la Presidencia de la República ante el FRG.
En esa coyuntura política post electoral sale del PAN el grupo liderado por el ex Presidente de la República, Alvaro Arzú y su sobrino Fritz García-Gallont, quien había ganado la alcaldía de la ciudad capital en esas elecciones de 1999. Ambos ingresan al entonces partido en formación Unionista (PU) y se lo arrebatan al ex Secretario Ejecutivo de la Presidencia del gobierno panista y cabeza visible de la comisión gubernamental que firmó los Acuerdos de Paz con la insurgencia en diciembre de 1996, Gustavo Porras, quien lo estaba fundando.
La llegada de Alejandro Botrán al PAN concordó también con el arribo de otro empresario a sus filas: Eduardo Gonzáles, principal accionista del hoy cerrado Banco del Café (BANCAFE), la institución insignia del Grupo Financiero del País. Por su parte, Andrés ingresó a la gestión gubernamental con el actual gobierno de la GANA, adonde Berger lo llevó nombrándolo inicialmente Comisionado Presidencial contra el Hambre, para que después se convirtiera en la actualidad, en el jefe de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN). Hoy tiene un puesto similar en el gobierno de Jimmy Morales
Desde esta institución, Botrán ha establecido una alianza en la distribución de alimentos, particularmente en lo que respecta a la producción del llamado Vitacereal que dicha secretaria distribuye sustituyendo a la Incaparina, ya que éste es fabricado por Alimentos de Guatemala S.A., una de las subsidiarias de la corporación Castillo Hermanos.
En el caso de la familia Leal Pivaral hay una situación parecida. Con activa participación en el Banco del Quetzal (BANQUETZAL), en el cual se fusiona con una de las familias de mayor peso de la oligarquía guatemalteca: los Díaz-Durán. A los Leal Pivaral se les vincula con el Partido Patriota (PP) del general retirado Otto Pérez Molina, e igualmente en el impulso de la palma africana para la producción de biodiesel.
Los Campollo Codina son otro grupo de azucareros que ha trascendido en distintas esferas de la economía guatemalteca. Tanto Ricardo como Ramón Campollo Codina poseen intereses en la generación eléctrica, en la Central Azucarera del Tempisque de Costa Rica e inversiones en República Dominicana, al igual que en el diario Siglo Veintiuno, conjuntamente con Juan Luis Bosch y Carlos Paiz Andrade. Los Campollo Codina cuentan entre sus haberes con la Compañía Petrolera del Atlántico, la cual posee un contrato petrolero en Izabal en la frontera con Belice, considerado estratégico por estar contiguo a otros contratos que se operan en Belice por compañías asociadas a los Campollo Codina, como US Capital Energy e Island Oil.
Pero de los azucareros, sin duda, es la familia Herrera la más poderosa. Del grupo familiar destaca Julio Herrera Zavala, presidente del Grupo Pantaleón; de Spectrum Inmobiliaria, la cual posee el Centro Comercial Miraflores y un conjunto de residenciales en varios departamentos del país; y de Procalidad, que es la alianza de Spectrum con Colombina, una empresa de dulces de Colombia, y que llevó a la construcción de una planta en Escuintla para producir galletas, chocolates y dulces.
Pero es su participación en los bancos Agromercantil, Cuscatlán e Industrial lo que hace de la familia una de las élites más poderosas del país. El ingenio Pantaleón es el mayor productor de azúcar en Guatemala, y el Grupo Pantaleón el mayor productor de Latinoamérica, y en el proceso de producción del edulcorante también se ha extendido a Nicaragua, donde en 1998 compró el ingenio Monte Rosa, en el cual también genera electricidad, actividad ésta que le hace el mayor generador de electricidad de todos los ingenios azucareros de Guatemala.
Sus inversiones más recientes están concentradas en la producción de etanol, un combustible con enorme futuro, y para lo cual está asociado con inversionistas brasileños y colombianos. Igualmente, están invirtiendo en palma africana para la producción de biodiesel.
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