Su dios es falso
0Por: Gabriela Miranda García
La excesiva repetición entre religión y violencia/guerra debe llevarnos ante una actitud de sospecha acerca de la religión como promotora exclusivamente de la paz” Jung Mo Sung
La imposición del Estado de Israel en tierras habitadas es una acción reiterativa en todos los actos coloniales de invasión, cambiar la embajada al territorio del invasor es apoyar un estado genocida. Es interesante, o mejor dicho, atemorizante, ver como recientemente muchas de las injusticias en el mundo son justificadas con argumentos religiosos, en una sociedad que creemos moderna y más aún secular.
El 14 de mayo Estados Unidos y Guatemala abren sus embajadas en Jerusalén. El significado simbólico y político es contumaz, mucho mas porque el “cambio” de embajadas se ubica en el marco del 70 aniversario de la creación del estado de Israel, el 15 de mayo de 1948. Pero para el pueblo palestino esta fecha es conocida como “la catástrofe”, Al Nakba, marca el inicio de la expulsión, desplazamiento forzado, persecución y asesinato de miles de palestinos/as, con más de 6 millones de expulsiones hasta este año. Un genocidio, como muchos otros cometido en nombre de dios.
Para occidente, cuya imperialización ha adoptado al dios cristiano, resulta elocuente y certero elaborar un discurso sagrado que legitime acciones bélicas, invasoras y de despojo y, que sean estas la razones para afirmar que su dios es único, el verdadero dios. Aún cuando fuéramos creyentes cristianos, esta afirmación es siempre una herejía. Sin embargo no hay una disputa entre dioses, nunca la ha habido.
Al igual que en las Cruzadas de la Edad Media, cuyo justificación bélica era la de recuperar Tierra Santa en nombre de dios, para en realidad invadir y despojar de la tierra, fuera santa o no, en el mundo moderno se pelea la misma guerra con los mismos oponentes y en el mismo lugar y si, con los mismos dioses opuestos solo por la lógica del despojo. Ya sabemos que lo mismo ocurrió en las guerras de despojo y colonización de Latinoamérica y El Caribe, en nombre de dios se ocuparon las tierras, se asesinó y esclavizó, la justificación fue luchar contra las creencias de lo que llamaron idolatría.
En ningún caso existen tales dioses, es en realidad una guerra secular. Los dioses y teologías seculares de las guerras seculares, afirman que para dar o tener vida es necesario el sacrificio.
Tal como en el caso de Palestina, para cumplir con la “voluntad de dios”, que no es el dios de Israel, sino el dios de occidente, se debe despojar a un pueblo de su tierra, aunque esto implique asesinatos, son asesinatos validados por dios y por lo tanto sacrificios necesarios y legítimos, A esto se refiere Franz Hinkelammert, cuando habla del discernimiento de los dioses, los dioses falsos son aquellos que exigen sacrificios.
Este enfrentamiento secular de dioses tiene una raíz común, la tradición religiosa musulmana afirma que desciende de Ismael, mientras que la religión judía afirma que desciende de Isaac, los dos hermanos, hijos de Abraham. Aquí sigo en parte la interpretación bíblica de Elsa Tamez y Hilkelammert, según el relato bíblico es a Abraham, a quien se le promete ser el padre de toda la tierra. Para ello debe tener hijos y tiene dos, Ismael, cuya madre es Agar su esclava e Isaac hijo de Sara su esposa. sucede que por un lado, hecha a Agar y a su hijo al desierto quienes estarían condenados a morir de hambre y sed. Por otro lado, esta dispuesto a ofrecer en sacrificio a su otro hijo, Isaac. Al primer niño, dios lo salva de morir y le promete un tierra y descendencia; al segundo dios lo salva al detener su sacrificio. Es interesante el poco discernimiento que tiene Abraham sobre la promesa de dios, porque él entiende que para cumplir con la voluntad divina debe matar a estos dos niños, la intervención de su dios es clara: ningún niño debe morir. Abraham no discierne, confunde la vida con la muerte, se confunde con un dios que exige sacrificios. Su dios es falso, no es el mismo dios de los dos niños. Abraham no lo comprende, es un idólatra.
En ese sentido, el dios del estado de Israel es falso, creer en un dios falso es idolatría. La guerra de Israel es una guerra secular e idólatra porque su dios es falso, es falso porque exige sacrificios para justificar la invasión, el despojo de la tierra y a cuenta los asesinatos. El dios en cuyo nombre se cambian la embajadas es también falso, el dios que celebra 70 años de invasión es falso, el dios que permite asesinatos en su nombre es falso, el dios de Jimmy Morales es falso, son los dioses seculares de la guerra. Creer en un dios que exige sacrificios es idolatría, celebrar en nombre de dios a un estado genocida es idolatría.