Serenata a los presos políticos de Huehuetenango
0Su nombre es el Señor y está en la cárcel,
está en la soledad de cada preso,
y nadie lo visita y hasta dicen:
“tal vez éste no era de los nuestros”
(Con vosotros está)
Por Gabriela Miranda y Gustavo Illescas
Hay quienes se detienen y hay quienes siguen de largo. Las velas alineadas forman la palabra libertad. Y en plena Semana Santa, en la noche de Serenata de Huehuetenango se exige, entre las notas de las marimbas y los paños morados, la libertad de los presos políticos de Barillas y Santa Eulalia. De fondo se defiende el agua, la tierra y la justicia.
La familia, los amigos, personas solidarias hablan con la gente, la informan, le piden su firma para exigir al estado de Guatemala la liberación de estos hombres. De a poco se van juntando cientos de firmas solidarias.
Actualmente hay ocho presos políticos por defender el agua que vitaliza los territorios, son maestros, campesinos, trabajadores y comerciantes, cada uno de ellos líderes de sus comunidades, organizaciones y gremios. Precisamente ellos y no otros, son los que el Estado arrebató de su territorio. Aunque parezca una locura no se encarceló a los criminales que pretenden cercar el rio, que lanzan cianuro al viento o esterilizan la tierra, ellos pasean libremente, sin ninguna orden de captura. Denuncias hay decenas, sobre las abusos de las corporaciones transnacionales, de las empresas de seguridad privada, de la corrupción en las alcaldías municipales, de gobernadores que subastan la vida, de fiscales que fabrican delitos, de jueces que no conocen o niegan las causas de este conflicto.
La semana santa nos recuerda que los justos son entregados al imperio de turno. Para la tradición cristiana, el Miércoles Santo es un día para la reflexión, el prefacio de la traición de Judas por su ambición al dinero.
La serenata de Huehuetenango es una tradición de más de 60 años, que recuerda el ultimo día en que Jesús y sus discípulos estuvieron juntos previo a su aprehensión por el ejército romano. En Huehuetenango se celebra la fiesta de los ausentes, de los que retornan de largos meses de trabajo a compartir con sus familias. La Serenata es música de bienvenida, es un reencuentro con los que están afuera.
En esta Serenata, los ausentes de Barillas, son seis presos políticos: Saúl Méndez, Rogelio Velásquez, Mynor López, Arturo Pablo, Francisco Juan y Adalberto Villatoro. Los ausentes de Santa Eulalia son dos presos políticos: Rigoberto Juárez y Domingo Baltazar.
No parece casualidad que el llamado a la libertad, a la paz, a la justicia sea afuera de la Catedral. En el fondo sabemos que Jesús está en la calle, que acompaña a los presos, porque como ellos, él fue condenado injustamente por proclamar la justicia, el pan a los hambrientos, el agua a los sedientos y la libertad para los presos.