Era el año 2016…
0Por Rolanda García
Era un mes de diciembre del año 2016, Encarnación Ralios Mejía salió de su casa como solían hacer las madres de familia del área rural, ella frente a diversas responsabilidades familiares y sociales apresuraba llegar a su destino, marchó acompañada de sus dos hijos y de su hija mayor. A pocos metros de llegar al centro de la comunidad de Santa María Tzejá sorpresivamente se le acercó el habitante Ramón Cux García, con tono enfurecido y con el pene fuera del pantalón recitó la siguiente expresión: “Mira lo que te voy a meter, lo que tu marido nunca te ha hecho”, a estas expresiones se sumaron otros insultos. Recuerda Encarnación que la ira de Ramón surgió porque ella era parte de la oposición comunitaria que luchaba contra la destrucción del Cerro Cantil donde Ramón era parte de los invasores.
Herida su integridad psicológica, Encarnación procedió hacer la denuncia ante el Ministerio Público del municipio de Ixcán, Quiché, cuenta que durante más de un año la acusación fue engavetada, y tras su insistencia de reabrir su caso la Fiscal auxiliar del Ministerio Público, Ana Luisa Martínez, prefirió trasladarlo al juzgado de paz, argumentado que la misma no puede ser tipificada como violencia contra la mujer, más bien lo catalogó como una falta más no un delito. Fue así que hoy 27 de marzo Encarnación compareció a una primera citación ante el juzgado de paz de Ixcán, mientras que Ramón Cux (el victimario), llegó acompañado de su abogado defensor, Santos Panjoj Quino. Inicialmente el juez Jaime García pretendió dictaminar que esto no puede ser constituido un delito, sin embargo, los alegatos de la agraviada finalmente obligó al juez dictaminar juicio oral y público para que cada uno de los implicados presente los medios de prueba en una próxima audiencia que se estará celebrando este seis de abril.
Es importante resaltar que tanto las autoridades comunitarias de Santa María Tzejá y miembros de del movimientos de mujeres del municipio se han sumado a esta demanda, motivados de sentar un precedente de lo que constituye estas acciones machistas considerados normales en nuestras comunidades y sobre todo presionar a un sistema de justicia que le ha restado relevancia a estos tipos de violaciones que según atestiguan varias mujeres han sido objetos de impunidad.