El secretario particular del nuevo Vice: otra vez la inteligencia militar
1Pese a la negativa de Rivera Clavería, las coincidencias son demasiadas como para creer lo contrario...
Una semana más y otra prueba que el gobierno de Alejandro Maldonado Aguirre representa un reciclaje de buena parte de los grupos de poder empresarial y militar. Esta vez se supo del nombramiento del Secretario Particular del nuevo Vicepresidente, Juan Fuentes Soria. El puesto iría para Marco Mejía Dávila, que pasó a ese puesto luego de funcionar por casi cuatro años en el equipo de inteligencia de Ricardo Bustamante Figueroa, parte del Consejo Nacional de Seguridad. Junto al nombramiento de Julio Rivera Clavería como secretario de ese Consejo, las dudas sobre la permanencia de un estamento de inteligencia militar afloran de nuevo.
Por Rodrigo Véliz
Cercano al nuevo Vice
Si Alejandro Maldonado Aguirre quería presentar un gobierno de transición coherente con sus discursos de cambio, falló. Y falló rotundamente. Uno de los pilares del gobierno de Otto Pérez Molina fue su alianza con un estamento militar con el que llevaba años de estar peleado. Desde la década de los noventa había una tensión fuerte entre los oficiales de inteligencia de la llamada Cofradía, con los que él dirigía, El Sindicato, según consta en entrevistas, informes, y documentos desclasificados del Departamento de Estado. Esas diferencias se limaron para poder hacer gobierno. Por eso en 2012, una vez en el poder, pasaron a repartirse el control del aparato de seguridad e inteligencia.
Un puesto clave era la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad, que hace operativo todo lo acordado en ese espacio. Y ese puesto se lo dieron a una persona que por su trayectoria era cercano a los dos estamentos militares, aunque con más peso para el lado de la Cofradía, que según reportes y desclasificados fue formada en los ochenta y tenía en la cabeza a los ahora generales retirados Juan Callejas y Callejas y Francisco Ortega Menaldo. El puesto fue para Ricardo Bustamante Figueroa. Callado y minucioso como buen oficial de inteligencia militar, la única noticia que hizo Bustamente Figueroa fue su énfasis en investigar a las resistencias mineras, según dejó claro un trabajo de Plaza Pública.
Dentro de estos puestos de inteligencia estaba el coronel en retiro Mario Mérida en el Instituto Nacional de Seguridad. Mérida se formó en las escuelas de inteligencia de Argentina y Taiwán en los ochenta. A inicios de los noventa fue el subdirector de Inteligencia de Otto Pérez Molina (OPM), cuando éste dirigía la D2 del gobierno de Serrano Elías. Según entrevistas y documentos desclasificados, Mérida llegó allí por recomendación de Francisco Ortega Menaldo, que quería vigilar de cerca a OPM.
Una vez fuera del gobierno de Pérez Molina, la línea de Bustamante Figueroa continuó en control de la Secretaría a través de Marco Mejía Dávila, que durante todo el gobierno de OPM fue sub Coordinador de la Secretaría Técnica que encabezaba Bustamante Figueroa. Mejía es un ex militante del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) en la década de los setenta, que luego dio un salto al otro lado del espectro. Para la campaña electoral de OPM en 2011 fue uno de los que diseñó sus líneas de estrategia.
Luego llegó Maldonado Aguirre a la presidencia, y ese puesto pasó a manos del abogado Julio Rivera Clavería. Pero los cambios siguieron: como secretario particular del nuevo vice se nombró a Mejía Dávila.
Los nombres continúan reciclándose. Y buena parte de los militares en retiro que controlaron puestos clave en el sistema de seguridad e inteligencia, continúan en puestos durante el gobierno de Maldonado Aguirre. Los que salieron son los militares cercanos a OPM. La otra red se mantuvo.
La negativa a aceptar señalamientos
El nombramiento de Julio Rivera Clavería como jefe de la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad es parte de la presencia de ese estamento militar en el actual gobierno de transición. En un documento detallado del CMI, se precisó el pasado de Rivera Clavería y los autores enfatizaron la coincidencia de los puestos de Rivera Clavería con la de militares de inteligencia señalados de pertenecer a la llamada Cofradía.
En una reciente entrevista con Plaza Pública, el director de elPeriódico detalla las investigaciones que han publicado sobre los nexos oscuros de Rivera Clavería. Y Rivera Clavería parece estar harto de las menciones, que se empecina en negar. Por eso, tal vez, contestó furioso a la publicación que realizó el CMI. En ella desestimó la labor de investigación de los autores, negó cualquier vinculación, y pidió «tener huevos» para dejar su comentario. Una respuesta de parte del CMI no encontró más respuesta. Rivera Clavería no supo/quiso responder por qué hay tantas coincidencias entre sus puestos y figuras clave de redes de inteligencia militar que han actuado a lo paralelo.
Esas dudas y el nombramiento de Mejía Dávila dan más peso a los argumentos que ya vario periódicos nombran: una parte de los militares de inteligencia continúa en el poder.
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QUE DECEPCIONANTE QUE TRISTEZA
¿HASTA CUANDO? Los guatemaltecos tendremos que continuar
siendo víctimas de esta opresión, víctimas de estos parias
ME PREGUNTO ¿Cómo someten? a los buenos guatemaltecos que intentan
Hacer algo bueno por Guate.
Ahora entiendo porque la Roxana y el Otto están gozando de la protección del ejército