Dionisio Gutiérrez en disputa con el FCN-Nación o simple arribismo de élite

Cuando digo arribismo no me refiero a cómo la oligarquía criolla pudiera tachar a personajes como Dionisio Gutiérrez Mayorga por no tener sangre finquero-colonial como los Castillo (Andaluces: siglo XVI) y los Arzú (Vascos: siglo XVIII). O que por lo menos su linaje fuera de la rosca que desde finales del siglo XIX salió ganando con los gobiernos de Miguel García-Granados, Justo Rufino Barrios y otros “liberales” hasta 1944, tales como las familias Herrera y Novella.

Desde entonces, la membresía para ingresar a la cúpula dejó de ser netamente criolla. Por ejemplo, en la década de 1970 los monopolios de las redes familiares Castillo (criollo), Herrera (mestizo) y Novella (italiano) se erigieron como el bloque hegemónico en el poder.[1] Obviamente,  bajo el amparo del Generalato, con quienes pactaron la guerra contrasubversiva (en los términos franceses que aprendió Benedicto Lucas), razón por la que fueron “premiados” con la Franja Transversal del Norte.

Por casi cincuenta años estas redes monopólicas han mantenido su posición, la cual se personifica en Fundesa a través de sus respectivas marcas insignia: Cervecería Centroamericana, Ingenio Pantaleón y Cementos Progreso.

A ese núcleo de Fundesa se adhirieron dos redes familiares que eran consideradas capital emergente en la década de 1980, las familias Paiz a través de Teculután Investments y Bosch-Gutiérrez/Gutiérrez Mayorga de la Corporación Multi Inversiones.

La Corporación Multi Inversiones fue fundada en 1977 por los hermanos Dionisio y Juan José Gutiérrez Mayorga y sus primos Felipe y Juan Luis Bosch Gutiérrez. No obstante, llama la atención que mientras Felipe Bosch -presidente de Fundesa desde 2012- declaró que el presidente de la república Jimmy Morales no era corrupto el 12 de octubre de 2017 en el Encuentro Nacional de Empresarios (Enade)[2], su primo Dionisio Gutiérrez haya declarado ayer en un programa de radio que no invitará a Jimmy Morales al III Encuentro Ciudadano, organizado por su Fundación Libertad y Desarrollo el próximo 7 de marzo de 2018.

Asimismo, llama la atención que por parte de la Corporación Multi Inversiones, las marcas insignia que aparecen dentro de Fundesa son Renace (hidroeléctricas) y Telefónica (telecomunicaciones), abonando al rumor de que por problemas familiares derivados de la estancia de Dionisio Gutiérrez Mayorga en el mediterráneo se habría “peleado” con sus primos, quedándose únicamente con la división de alimentos de Multi Inversiones (Pollo Campero, Molinos Modernos, Toledo, etc).

¿Hasta qué punto Felipe y Juan Luis Bosch Gutiérrez estarían dispuestos a romper una relación corporativa multimillonaria con sus primos, que se consolidó en la década de 1990, al calor de demanda interpuesta por Juan Arturo Gutiérrez en contra de sus sobrinos Bosch-Gutiérrez y Gutiérrez Mayorga por hechos que podrían incurrir en los delitos de evasión fiscal y lavado de dinero?[3]

Lo cierto es que tanto Fundesa como Dionisio Gutiérrez han querido abanderar la lucha contra la corrupción ante el panóptico de Estados Unidos, y han respaldado públicamente su apoyo al Comisionado Iván Velásquez de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

La diferencia estriba en que Fundesa sí respalda a los empresarios y militares retirados que se articulan en torno al partido de gobierno FCN-Nación. Por ello no extraña que en la disputa por la elección de la nueva junta directiva del Congreso 2018, la planilla opositora al oficialismo haya sido abanderada por el partido Encuentro por Guatemala, que fue financiado por Dionisio Gutiérrez en la campaña electoral 2015, al igual que por José Ángel López de Banrural.

La pretensión de ser parte de algo que no son, como aparentar que luchan contra la corrupción, es un arribismo de elite, en el que peca todo el bloque hegemónico en el poder y aquellos que andan por esas cifras pero no son Fundesa, tales como el capital emergente de la década de 1990, el ahora multimillonario Mario López Estrada de Tigo.

En ese sentido, el arribismo de élite no solo pretende quedar bien con la potencia del norte, también persigue ser la vocera del discurso contra la corrupción que ha movilizado a la clase media urbana, pero sobre todo, hacer creer que la gobernabilidad de Guatemala depende de la lucha contra la corrupción y no de hacer un alto a la represión y criminalización con la que se imponen megaproyectos hidroeléctricos como los de San Mateo Ixtatán, propiedad de la familia de origen criollo Mata Castillo del Grupo CBC (Bravha y Pepsi) y miembro de Fundesa.

Ahora bien, más allá de los problemas internos en el bloque hegemónico, Dionisio Gutiérrez tiene otra razón para confrontar al presidente Jimmy Morales y el FCN-Nación, una de naturaleza macroeconómica, donde de confirmarse la pelea entre los primos, dejaría a Dionisio en una situación complicada.

¿Los García-Granados más cercanos a la Cámara de Industria y Jimmy Morales más lejano a Dionisio Gutiérrez?  

A finales de marzo de 2017 se firmó en Washington un acuerdo entre el representante de comercio de EEUU y el entonces Ministro de Economía de Guatemala, Rubén Morales Monroy[4]. Se trataba de una solución definitiva a una disputa que los importadores de pollo tenían en contra de una cláusula del Tratado de Libre Comercio de EEUU con Centroamérica, vigente en Guatemala desde 2006.

El entonces gobierno de Oscar Berger y la Gran Alianza Nacional (Gana) estaba enfrentado a los grupos empresariales que habían disputado el monopolio del pollo y el oligopolio del azúcar durante el gobierno de Alfonso Portillo y el Frente Republicano Guatemalteco (FRG). La industria avícola nacional controlada por el empresario Dionisio Gutiérrez Mayorga había logrado contener la inminente perdida de su monopolio con un programa de desgravación arancelaria que duraría 17 años. [5]

Para el año 2017 el contingente arancelario establecía que arriba de las ocho mil toneladas de cuadriles y muslos de pollo importados de EEUU, las empresas debían pagar el 12.5% de arancel. La decisión macroeconómica de eliminar los aranceles de importación fuera del contingente pactado en el TLC con EEUU, implica que para el año 2018 el mercado guatemalteco será inundado con más piezas de pollo importado más barato, sobre todo de las marcas Tyson y Hudson, propiedad de Tyson Foods Inc.

El presidente Jimmy Morales, que asistió a la firma del acuerdo en Washington, afirmó posteriormente en un comunicado que

Estamos muy satisfechos por la firma del documento. Sin duda, el apoyo de Estados Unidos y del resto de países de Centroamérica han sido claves y han demostrado una buena voluntad a Guatemala”.[6]

El acuerdo se dio en un contexto donde la principal procesadora y comercializadora de pollo de EEUU, Tyson Foods Inc. (de corte conservador, ProVida), está cercana al partido republicano y el presidente Donald Trump,[7] y los intereses representados en el gobierno del FCN-Nación están cabildeando intensamente en EEUU el cese a la persecución penal por casos de corrupción.

A su vez, la decisión abanderada por el gobierno del FCN-Nación perjudicó directamente a Dionisio Gutiérrez Mayorga, que había sido financista del Partido Patriota (PP) en 2011 pero guardó distancia del Otto Pérez Molina cuando lo vio en aprietos. Se recordará que Pérez Molina y Gutiérrez Mayorga han sido señalados de complotar para detener el autogolpe de estado que estaba ejecutando el entonces presidente Jorge Serrano Elías en 1993.

Un mes antes de la firma del acuerdo, en febrero de 2017, la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) respaldó al gobierno del FCN-Nación[8] argumentando que con ello se reducirá el contrabando de pollo principalmente de México y que el sector avícola no es un monopolio porque compiten criadores de aves como importadores.

Lo anterior implica no solo un distanciamiento de Dionisio Gutiérrez con la élite industrial que tiene peso en Fundesa, sino también un acercamiento de estos últimos con el principal importador de pollo en Guatemala, el Grupo Buena, un conglomerado de empresas importadoras de diversas mercancías perteneciente a la familia García-Granados.

Según una investigación de Sylvia Gereda publicada por ElPeriódico en 2005, Grupo Buena tenía más de 25 demandas interpuestas por delitos relacionados a la defraudación tributaria y el contrabando aduanero. Una de las principales acusaciones es por acogerse a la Ley de Fomento y Desarrollo de las Actividad Exportadora y de Maquila, vigente desde 1998 durante el gobierno de Álvaro Arzú,[9] para vender pollo de EEUU en Guatemala, principalmente de las marcas Tyson y Hudson, sin pagar aranceles de importación.[10]

El presidente de Grupo Buena es Jorge Raúl García-Granados de Garay. Su padre, Raúl García-Granados Quiñónez, fue secretario de la Presidencia del General Romero Lucas García mientras era presidente del ingenio azucarero Tierra Buena. En ese puesto García-Granados Quiñónez influenció para que su entonces yerno Álvaro Arzú Irigoyen dirigiera el INGUAT.

Se especuló que el acuerdo firmado en Washington originó la destitución de Morales Monroy a finales de abril de 2017, quien se enteró de la decisión que había tomado el presidente Jimmy Morales vía un mensaje de WhatsApp. No obstante, más pareció una cortina de humo ya que el mandatario benefició meses más tarde al sobrino de Jorge Raúl García-Granados de Garay con un puesto recién creado por el Ejecutivo.

Se trata de Roberto Arzú García-Granados, hijo del alcalde Álvaro Arzú y Sylvia García-Granados, que fue designado el 18 de agosto de 2017 para dirigir una “Misión Especial” en América del Sur para promover las relaciones económicas.

Roberto Arzú fue presidente de Comunicaciones Futbol Club previo a que fuera vendida en 2008 al empresario mexicano Ángel González, dueño de los canales de televisión abierta en Guatemala por una cantidad de US$ 3 millones.

Finalmente cabe decir que el abuelo paterno de Jorge Raúl García-Granados de Garay es Jorge García-Granados quien fue embajador de Guatemala ante la ONU y cabildeó con los países de América del Sur para que votaran en 1947 a favor de la partición del territorio palestino en un estado judío y uno árabe. En 1956 Guatemala fue el primer país en abrir su embajada en Jerusalén, siendo su primer embajador Jorge García-Granados. Situación que obviamente empalma con el discurso neopentecostal del mandatario Jimmy Morales, que sirvió de llave para abrir la puerta del salón donde se reunió hace unos días con el presidente Donald Trump.

 

 

[1] Pág. 4. En: http://www.albedrio.org/htm/documentos/ElObservador3nov06.pdf

[2] http://www.soy502.com/articulo/felipe-boschyo-no-lo-tomo-como-guatemalteco-corrupto-presidente-31313

[3] http://www.casogutierrez.com/Pages/documentos02.htm

[4] Morales Monroy venía de la Asociación Guatemalteca de Exportadores Agexport y fue candidato a diputado por el listado nacional de la coalición CREO-Unionista que llevó a Álvaro Arzú Escobar a ser diputado (2016-2020).

[5] El Anexo 3.3, Apéndice 1, Párrafo 14 del CAFTA DR, establecia que los cuadriles de pollo que ingresan a Guatemala no pagarían impuestos de importación (arancel) cuando no excediera el contingente pactado para cada año hasta alcanzar el 0% de arancel en 2023.

[6] http://www.prensalibre.com/economia/eliminan-arancel-del-pollo

[7] Tyson Foods fue financista de la campaña de Donald Trump y una de las empresas que más cabildeó en 2017 para reformar el código de rentas internas de EEUU, que la bancada republicana consiguió aprobar el 22 de diciembre 2017 cuando fue firmada por el presidente Trump, y que reduce la tasa de impuesto corporativo del 35% al 21%, con lo cual, las empresas transnacionales de EEUU podrán invertir el dinero en expandir sus negocios.

[8] http://cig.industriaguate.com/2017/02/10/7511/

[9] http://sylviagereda.com.gt/wp-content/uploads/2016/07/DEFRAUDACI%C3%93N-FISCAL.pdf

[10] Esta ley permite que una empresa importe mercancías sin pagar impuestos, con la condición de que tales productos no se vendan en territorio nacional y únicamente puedan ensamblarse o transformarse para luego ser exportadas a otros países.