Cómo EE.UU. sacó a China del mercado energético en Guatemala
3En el punto más alto de la tensión, abogados de los chinos, diputados de la UNE y una persona cercana a Pérez Molina aseguran que dos personas de peso se movían en Washington
El primer gran intento de China por invertir en Guatemala, reclamada como propia por Estados Unidos, terminó en una batalla colosal. No con la rudeza del siglo XX de ejércitos y bombas, pero sí con la sofisticación del siglo XXI de abogados, palizas propinadas por militares retirados, movimientos diplomáticos y sobornos al yerno del expresidente OPM. Ésta es la cuarta y última entrega de la serie investigativa de Nómada sobre la batalla entre chinos y anglosajones por el control de la planta carbonera más grande de Centroamérica, Jaguar Energy, que va a surtir al 15 por ciento del mercado nacional (y, de paso, contaminar más el ambiente).
Por Rodrigo Véliz
Era el 15 de diciembre de 2013, rayaban las diez de la mañana, y unos días antes habían roto relaciones la inglesa-estadounidense Jaguar Energy y la constructora China Machine New Energy Corporation (CMNC). La constructora china ejecutaría la cláusula del contrato que decía que si Jaguar no pagaba sus deudas, los chinos se convertirían en propietarios de la planta. Así lo había determinado un juez. Pero los socios anglosajones no estaban dispuestos a dejar su mayor activo en Guatemala.
Dos pequeñas colinas, en medio un camino angosto y un ejército de guardias de dos empresas de seguridad se enfrentaba a una veintena de trabajadores y técnicos chinos. La batalla era por el control de la planta. Los guardias bloqueaban el paso, y los trabajadores chinos querían entrar. Tras una orden, los chinos avanzaron hacia la columna de guardias. La rompieron sin mucho esfuerzo, pero en la retaguardia de los policías privados, los trabajadores chinos se encontraron la sorpresa: un guardia los esperaba y sin inmutarse calculó y disparó con su escopeta balas de salva a los chinos. No estaba a más de dos metros y esas balas de salva o goma pueden sacar ojos, lesionar gravemente o incluso causar la muerte. Y además de recibir a los trabajadores chinos con balas de salva, los otros guardias los rocearon de gas pimienta y les pegaron con palos de madera.
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Los chinos regresaron desconcertados, se reagruparon y realizaron otra embestida, que terminó con más palos, gas y balas de salva. El amparo provisional que habían recibido de un juzgado no tenía efecto en territorio de Jaguar Energy.
“La primera línea la llevaba la empresa Seguridad Sin Fronteras”, recuerda el capitán retirado Rodolfo Muñoz Piloña. “La segunda línea, compuesta entre 60 de mis guardias, los estaban esperando. Están entrenados para enfrentar disturbios civiles”. El colombiano Wilmer Tejada Valderrama, parte del equipo de seguridad, fue capturado días después señalado de tentativa de homicidio.
Muñoz Piloña es dueño de la segunda empresa de seguridad, Unidad de Servicios Integrales en Seguridad, USI. Muñoz Piloña fue uno de los oficiales que derrocó a Romeo Lucas García y llevó a Ríos Montt al poder. Muñoz Piloña, bajo de estatura, con poblado bigote y carácter fuerte, jugó un papel importante: originalmente, su empresa fue contratada por la constructura china CMNC, pero asegura que pasó meses sin pagarle. Y entonces, “cuando Jaguar estaba a punto de quebrar con los chinos, me llamaron y me dijeron que me pasara con ellos. Que si había problema de contratos ellos pagarían todo. Y me pasé”. “La orden era que no los dejaran entrar. Y no entraron”, termina Muñoz Piloña.
La respuesta china: aislar a Jaguar
En las escuchas interceptadas por la CICIG y el MP, el gerente de Jaguar Energy, Ernesto Córdova (hoy fugitivo), hablaba de “chinos malos” y de “chinos buenos”. Los buenos fueron los que se pasaron del lado de Jaguar Energy.
Los chinos buenos son los de la empresa SNC-Lavalin International Trading Co., y luego del quiebre entre la constructora china CMNC y la anglosajona Jaguar, pasó a contactar a los proveedores de la obra para importar la maquinaria que faltaba para seguir con el proyecto.
Según las leyes y acuerdos en la República Popular de China, la constructora CMNC es el único contratista estipulado para el caso Jaguar, según queda registrado en el Ministerio de Comercio chino. Por contravenir esta regulación, la empresa SNC-Lavalin fue demandada en la corte municipal de Xinxiang por difamación comercial, según consta en una notificación emitida el 6 de marzo de 2014, a la que tuvo acceso Nómada.
Un abogado de la constructora CMNC, que decidió hablar en anonimato, recordó que Jaguar Energy tiene un problema: todas las piezas y maquinaria vienen de China. ¿Cómo van a terminar el proyecto? Aseguró que las importaciones de maquinaria china para el proyecto de Jaguar han sido por contrabando. Al ser consultado para estos reportajes, Jaguar Energy se negó a hablar en detalle sobre el caso.
Las presiones también fueron para otras empresa subcontratistas de China que estaban en el proyecto: la empresa Northwest Electric Power Construction hizo algunos trabajos eléctricos para Jaguar luego del rompimiento, pero luego de una acusación de la constructora CMNC se hizo para atrás y pidió disculpas oficiales, con el fin de no manchar su “reputación comercial”.
Otras empresas no dudaron alejarse de Jaguar Energy: la empresa Sino Power Construction Coporation (SPCC), proveedor general de equipo para la planta carbonera, negó cualquier relación y solicitó protección y custodia al Estado chino para proteger su maquinaria, apropiada sin pagar un centavo por Jaguar Energy.
Pero sin presencia diplomática en Guatemala, es poco lo que China pudo hacer. Centroamérica es uno de los escasísimos enclaves en los que los países reconocen a Taiwán y no a China, aunque la semana pasada los líderes de las dos chinas se reunieron para empezar a recomponer la relación –siguiendo a Estados Unidos y Cuba–.
Diplomacia de grandes ligas
Que China no tenga representación tiene raíces históricas en la guerra fría y la hegemonía estadounidense en el istmo. En 1949 se dio una revolución comunista en China, y el antiguo gobierno se trasladó a la isla de Formosa (Taiwan). Estados Unidos forzó a América Latina a mantener las relaciones con Taiwán, pero poco a poco el resto de países dejó a los isleños por la República Popular China; el último fue Costa Rica. Sólo quedaron los países más pobres y con gobiernos más corruptos (Paraguay, Honduras, El Salvador, Guatemala). Para evitar el cambio diplomático, Taiwán ha sobornado a presidentes centroamericanos; el último descubierto fue Alfonso Portillo (que pasó cinco años en prisión).
Durante las dictaduras militares centroamericanas, la Escuela Taiwanesa de Guerra Política, el Fu Hsing Kang College, se encargó de apoyar al ejército y de formar militares guatemaltecos en operaciones contrainsurgentes, según una investigación del excanciller Gabriel Aguilera en la revista de la Fundación Ebert.
Según un estudio de la CEPAL, China ya es el segundo socio comercial de Latinoamérica después de Estados Unidos. Y las importaciones de productos chinos a Guatemala, según el Banco de Guatemala, subió al tercer lugar con el 10%. Estados Unidos mantiene el primer lugar con más del 40% de esas importaciones.
Pero además de multinacional china de teléfonos Huawei, no hay grandes inversiones de ese país en Guatemala. La planta carbonera, cuya inversión final ascendió a más de $900 millones, iba a ser la primera.
Según un abogado de CMNC, luego de ver que Jaguar Energy no pagó el préstamo de $200 millones que recibió de los chinos, el objetivo era cumplir el contrato y quedarse con los bienes que sirvieron de garantía. Con eso listo, buscarían crear alrededor de la planta carbonera un parque industrial. Iba a ser el primero en la región y ya habían comprado varias fincas alrededor.
Pero en frente se encontraron a Jaguar Energy y a su estructura de funcionarios públicos y abogados. Funcionarios públicos, abogados y diplomáticos estadounidenses y británicos.
Aunque aclara que no supo detalles del caso Jaguar, el vicepresidente de la Cámara de Comercio Americana-Guatemalteca (Amcham), Juan Pablo Carrasco, dijo que “nuestras empresas reciben apoyo de parte de la Embajada de Estados Unidos en protección de inversiones, las reglas locales y el Cafta”. Ignora si la misión diplomática jugó un papel. La embajada estadounidense no dio una entrevista para este reportaje. Por la información de cables diplomáticos sobre las acciones diplomáticas en este tipo de disputas, todo indica que han trabajado a favor de sus connacionales.
Según se desprende de las escuchas de la CICIG, Estados Unidos estuvo enterado en todo momento del conflicto. Y según exfuncionarios cercanos al expresidente Pérez Molina, diputados y abogados de CMNC entrevistados bajo anonimato, las presiones fueron fuertes. Uno de los principales abogados de CMNC aseguró que recibió amenazas de parte del equipo de seguridad de la Embajada, y una llamada pidiendo que terminaran de favorecer a los chinos. La constructora china buscó apoyo en diputados de la UNE –que han seguido el caso– para que hablara con Migración para liberar a los trabajadores chinos capturados. Pero dos diputados de la UNE aseguraron que dejaron el caso por presiones de la embajada estadounidense.
En su informe sobre la situación, presentado en diciembre de 2014, Jaguar dice que visitó la planta el embajador británico en Guatemala, Thomas Carter. La fuente cercana al expresidente Pérez Molina confirmó que el embajador inglés también participó del cabildeo a favor de Jaguar.
En el punto más alto de la tensión, tanto los abogados de los chinos, como los diputados de la UNE y una persona cercana a Pérez Molina aseguran que dos personas de peso se movían en Washington y Guatemala buscando solucionar el conflicto a favor de los socios anglosajones de Jaguar: el exembajador estadounidense en Guatemala, Donald Planty (1996-1999), y la exsecretaria de Estado Madeleine Albright (1997-2001); ambos funcionarios durante el gobierno de Bill Clinton y muy influyentes entre los demócratas.
El cóctel anglosajón fue letal para las aspiraciones de los chinos en Guatemala. Sobornos al yerno y secretario general del expresidente Pérez Molina, seguridad privada para impedir órdenes de juez y presión diplomática estadounidense al más alto nivel.
Zài jiàn, good bye a las aspiraciones chinas de competir en el capturado mercado de energía de Guatemala.
Este artículo es una versión ligeramente modificada para adaptación de formato a la publicada en Nómada.
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