Mi género no está entre mis piernas
0Para entender las identidades sexuales, hay que saber la diferencia entre sexo biológico, identidad de género, reasignación de sexo, expresión de género, y orientación sexual
Si tener vagina no te hace mujer, ¿qué lo hace? ¿Qué te hace hombre? Y, ¿qué significa no ser ni hombre ni mujer? Es más, ¿por qué es tan importante definir nuestro género o identificar el género de otra persona?
Por Gabriela Maldonado
Según psicólogos sociales el género es una de las características – junto a la raza y la edad – que utilizamos para definir cómo tratar a una persona. Sin embargo, es importante resaltar que las identidades que son aceptadas por la sociedad difieren de cultura en cultura y a través del tiempo. Asimismo las expresiones, los roles y las expectativas asignadas a cada género también varían.
En la actualidad, el mundo occidental sólo reconoce dos géneros: masculino y femenino. Pero existen y han existido culturas en las que se reconocen 3 o más géneros (mirá este mapa de la diversidad de géneros alrededor del mundo). Dentro en la cultura Zuni pre-colonial, por ejemplo, el género no era asignado al nacer sino que las personas lo iban desarrollando y lo definían individualmente al tener 3 o 4 años de edad. Si una persona tenía tanto cualidades masculinas como femeninas se le consideraba “dos-espíritus” (en inglés “two-spirits”) en lugar de definirle como mujer u hombre.
La lucha de las personas trans hoy en día hace eco a la diversidad de los seres humanos y a la habilidad de auto-nombrarse. Pero antes de rechazar esta lucha por no entenderla, lo mejor que podemos hacer es educarnos.
La primera lección al hablar de diversidad de género es:
Si no puedes identificar el género de unx desconocidx,
sigue este sencillo paso:
No es asunto tuyo
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Para entender las identidades sexuales, hay que saber la diferencia entre sexo biológico, identidad de género, reasignación de sexo, expresión de género, y orientación sexual. Aquí les presento una guía básica sobre estos conceptos.
El sexo biológico es lo que se nos asigna al nacer basado en nuestros órganos sexuales externos: a las personas que tienen pene se les asigna como masculino y a las que tienen vulva como femenino. La biología de las personas, sin embargo, es más compleja que lo que las categorías de sexo masculino/femenino nos hacen creer. Dichas categorías ignoran la variación de los cuerpos como en el caso de personas intersex.
La Intersex Society of North America estima que el sexo de 1 de cada 100 personas no cabe dentro de las definiciones tradicionales del sexo biológico. Para informarse más sobre la complejidad del sexo biológico los invito a leer “El binarismo es una idea opuesta a la libertad de las personas” y “¿Hombre o mujer? La ciencia que solo sirve para discriminar a las deportistas”.
La identidad de género es el concepto más profundo que cada persona tiene sobre sí misma, ya sea como hombre, mujer, ambos o ninguno — es decir, cómo los individuos se perciben a sí mismos y cómo se relacionan con el mundo social que les rodea. Aunque el género tiende a ser relacionado con nuestro sexo (i.e. nuestros genitales), lo cierto es que el género es independiente del sexo que se nos asignó al nacer. Como dijo Chaz Bono, «mi género está entre mis orejas, no mis piernas».
La mayoría de personas desarrollan una identidad de género que es congruente con su sexo biológico; a estas personas se les denomina cisgénero. Para otras personas su identidad de género es diferente a su sexo biológico o sexo asignado; a ellas se les denomina transgénero. Algunas de las personas transgénero buscan cambiar su sexo de manera social, hormonal o quirúrgicamente para ser más congruentes con su identidad de género; lo cual se conoce como transición.
A las personas que se someten a un procedimiento quirúrgico de reasignación de sexo se les denomina transexuales y se diferencian de otras personas transgénero que sí se sienten cómodas con sus genitales biológicos o que todavía no han hecho esa transición.
Bajo la etiqueta transgénero se incluye a personas que transitan de masculino a femenino (MtF) y de femenino a masculino (FtM). Existe otro grupo de personas que no se identifican con las categorías del binomio de género y nombran su género como cuir (del inglés queer o raro) o crean otras categorías para definir su género como chinga-género (genderfuck).
La expresión de género se refiere a la manera en que las personas expresan externamente su género a través de su comportamiento, ropa, corte de pelo, tono de voz y otras formas de presentación. Muchas veces las personas transgénero tratan que su expresión física encaje con su identidad de género en lugar de seguir las expectativas correspondientes al sexo que se les asigno al nacer. Otras personas, expresan un género distinto a su identidad de género (sí, ¡las personas somos complejas!).
Tanto la identidad y la expresión de género deben ser entendidas como características que cambian y se transforman. Pensá en vos mismx, por ejemplo, y cómo has cambiado tu presentación o tomado una actitud más masculina o más femenina dependiendo de tu edad o las circunstancias. La fluidez del género es normal.
Por otro lado, la expresión de género no debe de ser vista como un indicador de la orientación sexual de una persona.
La orientación sexual se refiere a estar romántica o sexualmente atraída a personas de cierto género. Alguien atraído a personas del género opuesto al suyo es heterosexual; alguien atraído a personas de su mismo género, homosexual; y alguien atraído a personas de ambos géneros, bisexual. Pansexual se refiere a personas que están atraídas a personas de cualquier sexo o género. Sin embargo, para las personas de género no binario estas etiquetas pueden no encajar.
Nuestra orientación sexual y nuestra identidad de género son partes distintas y separadas de nuestra identidad. Aunque los niños y niñas no están conscientes de su orientación sexual, generalmente sí están conscientes de su identidad de género.
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En la cultura Zuni a las personas dos-espíritus usualmente se les otorgaba posiciones de liderazgo espiritual porque personificaban un balance entre lo femenino y lo masculino. Sin embargo, cuando los europeos llegaron a colonizar Norteamérica condenaron moralmente a las personas dos-espíritus pues no encajaban dentro de su concepción de género.
De igual manera, la identidad de las personas trans no encaja dentro de las normas sociales occidentales de lo que significa ser hombre, mujer o simplemente una persona. Esto crea un ambiente socialmente hostil y violento en contra de personas trans. De hecho, las personas trans son las más vulnerables dentro de la comunidad LGBT de Guatemala y el mundo.
¿Cuál es el problema con las personas transgénero?, preguntan muchos y tratan de cambiarles. Pero la respuesta es sencilla: no tienen ningún problema. El problema es con la sociedad que niega la diversidad de los cuerpos. El problema es la violencia, verbal y física, que se inflige sobre las personas para hacerles encajar en nociones anticuadas sobre el sexo y el género.
Recordemos que cada persona vive su identidad de género de manera distinta. Las definiciones de lo que significa ser hombre o mujer varían incluso para personas cisgénero. Lo más apropiado cuando no sabemos cómo dirigirnos a una persona es preguntarle qué pronombre prefiere (él, ella o algo más) y, cuando nos lo digan, debemos honrar su preferencia.
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