No olvides a Pedro
0Por: Gabriela Miranda García
Murió Pedro Lemebel, a sus 62 años, este 23 de enero en la madrugada. Los poetas mueren de madrugada -antes de que el mundo moderno haga ruido, antes de que el tiempo comience su cuenta- sobre todo aquellos como Lemebel, quien vivió “contra toda condena”.
Fue disidente de género, de las letras, de la ley, de la obligación, del dinero, del acuerdo moral, del silencio, de la realidad. Qué decisión hermosa la suya, qué mejor forma de hacerse humano, que esa de hacerse protagonista de su propia historia.
Poco se conoce sobre su maravillosa obra, tal vez porque no leemos esos poemas en las fiestas escolares, en los días patrios ni en los funerales. Porque nadie lee a los maricas, a los trasvestidos, a los enfermos o a los pobres y todo eso era Lemebel, un impronunciable.
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Pero no, su poesía no sólo cruzó por sus opciones sexuales, denunció la injusticia, las atrocidades del poder político y militar, el hambre, la pobreza. La fuerza de sus letras te hace temblar, te desgarra lo aprendido, te pone contra la pared, te provoca las ganas más locas de rebelarte.
Cuando lees sus poemas, puedes ver la nariz fruncida de las damas de sociedad, el mohín de asco de los curas y pastores pederastas, el miedo de los militares, la sed de venganza de los políticos y las bocas abiertas de quienes aman el placer y la vida.
Hay tristeza y desafío en sus letras. Hay tristeza en mi corazón por su muerte.
Tendré mucho gusto de llegar a tu cielo, Pedro, de donde tienes las llaves, y por fin escucharte.