Comunicar en época de periodismo mediático: La detención ilegal del fotógrafo independiente César Chajón.
0Por Josué Otzoy (CMI-G)
Tenemos el derecho constitucional de emitir pensamientos, de informar, ser informados e informadas. Sin esas garantías perdemos una parte vital de nuestro carácter humano: la libertad de expresarnos y comunicarnos.
Comunicar proviene del latín communis que significa poner en común. La comunicación es vital para hacer comunidad y tomar decisiones por el bien común.
Desde los rastros de las juntas alrededor del fuego, de las plazas asamblearias, de viajeros trovadores, merolicos y pregoneros urbanos, hasta llegar al periodismo moderno y altamente tecnificado, nos encontramos en la época de mayor difusión de información en la historia de la humanidad.
A su vez, el manejo de la información, su tergiversación y manipulación se ha convertido en una de las herramientas de mayor efectividad para mantener el poder -y la verdad- de una minoría sobre las mayorías. La información es poder.
Su verdad, la difunden por sus medios corporativos de información, ejerciendo influencia como accionistas o en el pago millonario de publicidad.
Pocos medios escritos se mantienen por la venta de sus ejemplares impresos. Desde esa maquinaria se nos dice qué comer, ver, creer y a quién seguir en momentos de crisis.
Desde el Estado, los funcionarios públicos tienen la capacidad de censurar un medio, de inventar delitos y ejercer persecución penal.
Esta práctica se refleja también en la negativa de no dejar entrar a los medios alternativos, independientes, comunitarios o autónomos a cubrir noticias en edificios públicos o a ser reprimidos por la policía mientras realizan una labor humana y constitucional.
La detención ilegal del fotógrafo independiente César Chajón
El día 25 de marzo del presente año, pilotos del trasporte urbano de la ruta que conduce de Mixco a la ciudad capital, sobre la calzada San Juan, se encontraban manifestando contra la Policía Municipal de Tránsito (PMT), por las excesivas multas que les han extendido, muchas de ellas sin justificación.
Los transportistas denunciaron que se ven afectados “porque se ha disminuido el sustento familiar”, porque tienen que pagar las extorsiones del crimen organizado y encima pagar las multas a la mucipalidad. Por esa razón se ven obligados a trabajar doble jornada, arriesgándose a perder la vida cualquier día de estos.
Las peticiones de los transportistas era que la PMT diera punto final a los cobros execivos a los transportistas y que las autoridades correspondientes les brindaran seguridad en las rutas y en los buses.
Ese día, Cesar Augusto Chajón, fotógrafo independiente, colaborador del CMI y estudiante de la Escuela de Ciencias de la Comunicación -ECC- en la USAC, fue bajado del bus junto al resto de usuarios del transporte público debido a la manifestación, a la altura del Instituto de Enzeñanza Media Experimental Dr. Federico Mora.
Al ver la confrontación entre agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y manifestantes, decidió sacar su cámara y tomar fotografías sobre lo que sucedía.
En ese momento fue detenido ilegalmente por agentes de la PNC, privándolo del derecho a la libre locomoción y del derecho a informar. Además se le incautó el equipo fotográfico y le borraron 18 fotografías y 1 vídeo.
César fue puesto a disposicíon del Juez de Paz de turno del departamento de Guatemala, que dictó la orden de procesamiento por la presunta comisión de reúniones y manífestaciones ilícitas y desorden público.
En audiencia celebrada el 11 de Junio de 2014, en la sala II del Juzgado Primero Pluripersonal de Paz Penal del municipio y departamento de Guatemala, la representante Fiscal del MP pidió el sobreseimiento de los cargos, ya que en la investigación realizada por la fiscalía se reconoció que Cesar Chajón era un usuario del transporte público y que junto a otros usuarios fue bajado de la unidad debido a la manifestación, que efectivamente es estudiante inscrito en la ECC de la USAC y colaborador del CMI como fotógrafo independiente. Por tanto, Cesar Chajón se encontraba en su legitimo derecho de informar sobre un hecho fortuito y/o infragante.
Gracias a labor del Bufete de Derechos Humanos y el acompañamiento de la Unidad de Protección de Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (UDEFEGUA) se logró comprobar la inocencia de César Chajón y se lograron recuperar los archivos que con mala intención habia borrado la PNC.
El caso de César se suma al de otras y otros comunicadores comunitarios, independientes o autónomos, que durante este gobierno han sido objeto de persecución por parte del Estado o de restricción por parte de empresas nacionales y transnacionales.