El “Padrino” de la inteligencia militar, el “Cofrade Mayor”, el “Patrimonio” de la G-2: Manuel Antonio Callejas y Callejas, general retirado del ejército. Casi cuatro décadas de acusaciones y señalamientos. Ni una sola captura. Hasta inicios de 2016, cuando fue arrestado por el caso Molina Theissen. Otrora la máxima figura de la comunidad de inteligencia militar, enfrenta ahora un posible juicio por delitos de lesa humanidad. El espectro de una figura intocable, con vínculos con crimen organizado y estructuras represivas, se vuelve una vida que languidece y se resquebraja, en el ocaso de una turbulenta trayectoria. Esta es su historia.

Este es un resumen de una investigación más amplia: al finalizar este artículo puede descargarse en versión pdf.

Por Luis Solano

El caso Molina Theissen

El General de División (r) Manuel Antonio Callejas y Callejas fue capturado el 6 de enero de 2016, junto a varios militares más, por su supuesta participación en delitos de desaparición forzada y deberes contra la humanidad, cometidos entre 1981 y 1988. Los otros militares fueron los coroneles (r) Luis Francisco Gordillo Martínez, Edilberto Letona Linares, Hugo Ramiro Zaldaña Rojas y el general Benedicto Lucas García. 

Cuatro meses más tarde, el 8 de abril de 2016, se le imputaron los cargos de la desaparición forzada del joven Marco Antonio Molina Theissen, y crímenes de lesa humanidad y asalto agravado contra Emma Guadalupe Molina Theissen, la hermana del joven.

Entre la documentación que se presentó en la primera audiencia, se cita un documento fechado para abril de 1981, donde se confirma que Gordillo Martínez era el comandante de la Zona Militar No. 17, en Quetzaltenango, y que Callejas, siendo Director de la Sección de Inteligencia, ordenó la construcción de habitaciones dentro de la Zona Militar para realizar interrogatorios para la Sección de Inteligencia. En uno de esos espacios fue detenida y torturada Emma Molina Theissen.

El 13 de enero de 2017, un año después de su captura, finalmente el Juzgado de Mayor Riesgo C concluyó el periodo de recepción de pruebas (fase intermedia). El juez debía determinar si Callejas y los otros militares responsables irían a juicio por los delitos señalados. Sin embargo, luego de tres horas y media de audiencia y varios intentos de los abogados de los militares para frenar el caso, el Juez la suspendió, trasladándola para el 30 o 31 de enero de 2017.

Lo importante era que la misma estructura de oficiales de inteligencia, liderada por Montalván, tenía control de estas tareas tanto en la Presidencia como en el ministerio de la Defensa

Allí se sabrá si Callejas y Callejas da un paso más cerca a terminar su vida en prisión.

El ascenso

El nombre de Callejas y Callejas tomó relevancia por primera vez al ocupar el puesto de Subdirector de la Dirección de Operaciones (D3) durante el gobierno del general Carlos Manuel Arana Osorio (1970-74). Entre 1974 y 1976 desempeñó el cargo de Segundo Comandante de la Policía Militar Ambulante (PMA), nombrado por el presidente y general Kjell Eugenio Laugerud García (1974-78). En ese mismo gobierno, en 1976, se le nombró subcomandante de la Base Militar de Cobán (Zona Militar No. 21, a partir de 1983).

El gobierno del general Lucas García (1978-1982) significó para Callejas catapultar su carrera política. A Lucas García le tocó enfrentar un aumento en las movilizaciones sociales en la ciudad, el surgimiento de un pujante movimiento campesino, y el resurgimiento de frentes guerrilleros. Era necesario un cambio para frenar “el avance del comunismo”. Reestructurar los sistemas de monitoreo y recolección de información era vital para dar golpes fuertes a los “insurgentes”.

Callejas fue fundamental en la reestructuración y modernización de la inteligencia militar junto a un selecto grupo de militares. La cabeza de ese andamiaje militar fue el general David Cancinos Barrios, Jefe del Estado Mayor General del Ejército durante parte del gobierno de Lucas García.

Asesinado en la zona 5 en 1979, tras una emboscada tendida por el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), Cancinos Barrios había colocado como Jefe de la S2 a su principal hombre de confianza, al coronel Héctor Ismael Montalván Batres. Al salir de la S2, Montalván asumió la jefatura del Estado Mayor Presidencial (EMP) de Lucas García.

En el EMP funcionaba la Central Regional de Telecomunicaciones, conocida como La Regional o El Archivo. Este ente fue creado al inicio de la dictadura del general Peralta Azurdia (1965) con el apoyo técnico y financiero de la Office of Public Safety de Estados Unidos. Su objetivo era compartir información con los EMP del resto de Centroamérica.

Montalván dejó el cargo de S2 en manos de uno de sus principales allegados: el entonces coronel Callejas y Callejas. La S2 (o G2, como se le conoció luego del Decreto Ley 28-83 del 15 de marzo de 1983) era la sección de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Fue fundamental era que la misma estructura de oficiales de inteligencia, liderada por Montalván, tuviera control de estas tareas en la Presidencia yen el ministerio de la Defensa a la vez. Esto explica su importancia. Eran estructuras militares paralelas al EStado y fue por ello que “sobrevivieron” como grupo a los golpes militares a Lucas García (marzo 1982) y Ríos Montt (agosto 1983).

Dice la CEH:

Ambas estructuras siempre han superpuesto sus funciones y han actuado sin límites, de manera peligrosa e ilegal. Han realizado actividades de Inteligencia exterior e interior, Contrainteligencia e información política y económica.

Reorganizar la Inteligencia

El grupo se dedicó a reorientar y hacer más efectivo el trabajo. Al menos cuatro medidas fueron prioridad.

Primero, en 1980, con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), se creó la Escuela de Inteligencia Militar, localizada en la zona 13 de la ciudad capital. El principal artífice de este proyecto fue el entonces capitán y oficial de inteligencia y contrainteligencia, S2, Luis Francisco Ortega Menaldo, quien fue asignado desde 1970 a la instancia de inteligencia del Estado Mayor Presidencial desde el gobierno de su suegro, el general Arana Osorio.

Segundo, en 1981, se creó el Centro de Reunión de Información y Operaciones (CRIO), el cual era dirigido por el jefe del EMP, el general Montalván.

En esta unidad de inteligencia participaban el entonces Ministro de Gobernación, Donaldo Álvarez Ruiz (hoy prófugo); el director de la Policía Nacional, coronel de la S2, Germán Chupina Barahona (muerto en un hospital tras ser detenido); el jefe de la S2, Manuel Callejas; el jefe de la Guardia de Hacienda y el Director de Migración, según la investigadora Jennifer Shrimer.

El objetivo de la CRIO era “flexibilizar y hacer más eficientes las operaciones de contrainsurgencia urbana, por medio de una acción más coordinada de las agencias de seguridad”. La unidad coordinaba los grupos uniformados que hacían Inteligencia como la PMA, la Policía Nacional y la Guardia de Hacienda y el control operacional de los mecanismos clandestinos de Inteligencia, según la CEH.

Tercero, en 1980, se creó el Departamento de Seguridad e Investigaciones Especiales del Ministerio de Finanzas Públicas, dirigida por el capitán Ortega Menaldo, cuando esa cartera tenía como ministro al coronel Hugo Tulio Búcaro (destituido en 1981 por corrupción y por sugerir nuevos impuestos a la cúpula empresarial). Búcaro fue uno de los principales subordinados del general Cancinos. Además, este departamento fue dirigido por Callejas luego, según develó una investigación de elPeriódico (7-11-1996).

Cuarto, bajo el gobierno de Lucas García, la unidad de inteligencia del EMP adoptó el nombre de Servicios Especiales de Comunicaciones de la Presidencia de la República. Entre 1981 y marzo de 1982, el jefe de La Regional fue el capitán Víctor Augusto Quilo Ayuso, quien cayó en un enfrentamiento armado contra las guerrillas de las FAR, en Las Cruces, Petén. Quilo Ayuso era uno de los principales hombres de confianza de Montalván. Su hermano, José Luis, pasó a ser fundador de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua) y del partido FCN, que tiene hoy el poder del Ejecutivo y el Legislativo.

La “Cofradía” tomando forma

Tras el golpe militar del 23 de agosto de 1982, que derrocó al gobierno de Lucas García, al coronel Callejas se le nombró Director General de Migración. Quien presidía la nueva Junta Militar era el general Efraín Ríos Montt. Ese puesto lo conservó Callejas y Callejas cuando un nuevo golpe llevó al general Óscar Humberto Mejía Víctores (1983-1985) al poder. Luego fue promovido a Jefe de la Guardia de Hacienda, que actuaba como cuerpo operativo de la Inteligencia del ejército, según la CEH.

Por dirigir dos de las principales instituciones claves del andamiaje institucional y militar contrainsurgente, Callejas siguió ejerciendo tareas de inteligencia. Cabe mencionar que la estructura institucional militar fue penetrada por poderes ocultos, bajo el manto del crimen organizado.

Callejas y Callejas y su grupo no pararon de escalar. Era una recompensa: gracias a su trabajo, y un fuerte apoyo de Israel y Argentina, habían sido aniquilados los principales reductos guerrilleros urbanos. Esto se había complementado con las masacres en el campo, y la guerra, que en términos militares, había sido ganada.

Durante el gobierno de Vinicio Cerezo (1986-1990), Callejas se involucró en el intento de golpe de Estado de 1988, pero pronto se alineó con el general Héctor Alejandro Gramajo, entonces ministro de la Defensa, que contuvo la intentona golpista. Esto le permitió a Callejas completar sus treinta años de servicio militar y alcanzar el grado mayor dentro del Ejército, el de General de División.

En 1986, Callejas había sido nombrado subjefe del Estado Mayor de la Defensa, y un año después asumirá el cargo de subjefe del Estado Mayor Presidencial. Ese mismo año, 1987, se le nombró Jefe de Estado Mayor de la Defensa, cargo que ostentaba al momento de la asonada militar, pero con el que se retiraría del Ejército en 1990.

Con el gobierno de Serrano Elías, siendo Director de Inteligencia (D2) el general Francisco Ortega Menaldo, se nombró a Callejas, ya en situación de retiro, Director de Aduanas. Al respecto, el periodista José Rubén Zamora, presidente del matutino elPeriódico, escribió una extensa investigación en 2002, en el contexto del gobierno de Alfonso Portillo:

“Callejas y Callejas virtualmente invade la Dirección General de Aduanas con amigos y familiares (sobre todo hermanos) de oficiales vinculados a la red. Por ejemplo, están hermanos de los Cárdenas Sagastume, de Salán Sánchez, de Bustamante Figueroa, de Estrada Velásquez, de Marín Golib, toman la institución por asalto. Esto le permite a la red afinar y lubricar los mecanismos de sus actividades poco ortodoxas”.

La Cofradía

El Informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) en su Capítulo Segundo, explicó los orígenes, constitución y objetivos de La Cofradía en los siguientes términos:

“1039. En el período de Romeo Lucas García se integró un grupo informal y de élite con miembros de la Dirección de Inteligencia bajó el nombre de “la cofradía”. A partir de esos años, este grupo ejerció un control real sobre el Ejército y el poder civil. Un control que le ha permitido manejar la política contrainsurgente, generar desinformación, encubrir intereses personales, contar con organizaciones paramilitares a su servicio, cometer actos delincuenciales, producir terror en la población, temor al interior del Ejército e incluso participar en actividades del narcotráfico, entre otros. Desde los gobiernos civiles, dicho grupo ha sufrido una gradual y fragmentaria recomposición de mandos y cuadros que le ha permitido gozar de gran influencia durante todo el enfrentamiento.”

En 1996, el primer año de gobierno de Álvaro Arzú, un poderoso grupo de militares de alta y retirados, experimentaron un remezón judicial, con serias implicaciones políticas. La red de contrabando aduanero conocida como la Red Moreno, quedó expuesta con la captura de uno de sus principales miembros: Alfredo Moreno.

En ese año la Red Moreno fue parcialmente desmantelada, y en esto fue clave la captura de Francisco Javier Ortiz Arriaga, mejor conocido como “teniente Jerez”. Con este golpe quedó expuesta no sólo en la identificación de los principales integrantes de esa estructura criminal, sino también su forma de operar. Tras su captura, el «teniente Jérez» acordó cooperar con los investigadores y durante dos años ofreció mucha información. Jerez fue nuevamente capturado en 2015 como parte de La Línea, una estructura similar operada esta vez desde la misma presidencia del general (r) Otto Pérez Molina, antes opositor al grupo de Callejas y Callejas.

En su testimonio dice que en 1981 y 1982 Moreno encabezó operaciones ilegales en las aduanas y que de ello le informaba a Ortega Menaldo y al ministro de Finanzas, el coronel Hugo Tulio Búcaro García. La red también controlaba operaciones ilegales en la desaparecida Guardia de Hacienda, la Contraloría General de Cuentas y el Ministerio Público, entre otras instituciones del Estado.

En pleno contexto electoral, y con el partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG) como favorito para ganar las elecciones de 1999, el “teniente Jerez” se atrevió a declarar en su testimonio que el entonces candidato presidencial Alfonso Portillo y el general Efraín Ríos Mont estaban involucrados de lleno en la Red Moreno. Presuntamente, “cada dos semanas Portillo recibía Q50 mil de las aduanas en Valle Nuevo y Q20 mil de las aduanas en Pedro de Alvarado. Los Q50 mil eran para el FRG y los Q20 mil para Portillo.”

Para esos días ya era ampliamente conocida la estrecha relación entre Portillo y Moreno. Fotografías de ambos reunidos en diferentes escenarios fueron publicadas. Una de ellas la publicó elPeriódico el 15 de noviembre de 2001. Y un año después, el 12 de noviembre de 2002, elPeriódico publicó más fotografías en las que se encontraban reunidos Moreno, Portillo, Ortega Menaldo y el general Letona Hora.

En sus testimonios, el “teniente Jerez” declaró que entre las personas pagadas por Alfredo Moreno habían altos funcionarios policiales y militares, un viceministro y líderes políticos, entre otros. De hecho, detrás de la Red Moreno estaba su protector: el Grupo Salvavidas, integrado por altos mandos militares de la década de 1980 y parte de la década de 1990, cuando comenzaron a pasar a retiro.

En ese entonces, el teniente Jerez los identificó con nombre y apellido: los generales Manuel Antonio Callejas y Callejas; Francisco Ortega Menaldo; Marco Antonio González Taracena; Edgar Augusto Godoy Gaitán; Carlos Enrique Pineda Carranza; los coroneles Jacobo Esdras Salán Sánchez; José Luis Fernández Ligorría; Roberto Letona Hora; Giovanni Valerio Cárdenas; Hugo Francisco Morán Carranza; Rolando Augusto Díaz Barrios; Mario Roberto García Catalán; Juan Guillermo Oliva Carrera; Héctor Montalván; el César Augusto Cabrera; los mayores Luis Alvarado Batres y Napoleón Rojas Méndez, y el capitán Romero Guevara Reyes.

Todos miembros de la llamada Cofradía y de la comunidad de inteligencia militar. Varios de ellos vigentes en la vida política y empresarial de Guatemala. La Cofradía, Grupo Salvavidas y la Red Moreno, resultaban ser lo mismo.

Al final, nadie de la cúpula de la Red Moreno fue juzgado, limitándose el caso a Moreno y figuras de poca monta.

De acuerdo con elPeriódico (7-11-96), en los allanamientos que siguieron a la captura de Moreno, se encontró una carpeta con el nombre de Callejas, a quien se le identificaba con el sobrenombre de Don Mauricio. Según ese diario, Callejas era el verdadero capo de la Red Moreno, y dentro de La Cofradía se le conocía como “el Cofrade Mayor”.

La investigación de la Red Moreno, estuvo a cargo del entonces Ministro de la Defensa, general Julio Balconi Turcios, un signatario de los Acuerdos de Paz.

Por esos mismos años, vendrán más señalamientos sobre sus empresas de seguridad y con el caso del secuestro de Beberly Sandoval Richardson.

La inteligencia militar y las estructuras criminales paralelas del Estado son parte de una enredadera de lealtades cuajadas durante los años más crueles de la guerra contra el comunismo.

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